Madera de piratas

B.R. Sotelino VIGO/LA VOZ.

VIGO

José Manuel es carpintero y podría construir patas de palo para piratas malos, pero su afición es escribir guiones. Su hermano, pintor e ilustrador, adora como él las historias de corsarios y han firmado su primer libro juntos.

25 oct 2010 . Actualizado a las 12:23 h.

Hace ya muchos años que Ramón y José Manuel Trigo acumulan experiencia en sus respectivas facetas profesionales, pero hace tan solo unos meses que fructificó uno de sus proyectos conjuntos, a pesar de que no era la primera vez que los hermanos tenían entre las manos el propósito de combinar las habilidades de ambos como creadores de historias contadas con palabras e imágenes.

O burato do inferno

, que también publicó Faktoría K en castellano como La cueva del infierno , es el primer libro que trazan juntos, una novela gráfica para adultos que cuenta una historia sobre corsarios de tierra firme.

«La piratería es un tema que nos interesa a los dos, y también coincidimos en lo que nos gusta leer, contar y ver en el cine», afirman. El mar es también un tema recurrente en la obra de Ramón, quizás porque forma parte del paisaje familiar, desde sus orígenes en A Guarda a su residencia en Vigo, donde ambos residen a escasos metros de la costa, uno en Bouzas y otro en Teis.

Ramón empezó a canalizar su habilidad para el dibujo a través del garabateo libre de los libros de texto del colegio, y cuando aún no había cumplido 20 años ya colaboraba con varias publicaciones. Más tarde, el autor fue construyéndose una carrera en la que además de ilustrador de libros infantiles y dibujante de cómics, desarrolla un interesante trayecto como pintor y escultor cuyas obras han viajado por toda Europa.

Los antecedentes de su hermano mayor, que fue un destacado militante de la CNT durante los años de la transición, es bien distinta. «Ramón es el artista», afirma, pero no es del todo cierto. José Manuel, que imparte cursos de formación ocupacional en la Fundación Érguete, ejerce desde hace más de cuarenta años como ebanista y carpintero, y no ha dejado de hacerlo. «Es mi oficio de toda la vida», proclama, pero al mismo tiempo le interesan otros campos: «Los guiones son para mí un hobby y algo más, pero era difícil. Ahora hay más cancha, pero cuando yo empecé había poco futuro. Galicia era un páramo», reconoce.

De hecho, O burato do inferno nació como germen de una película. «Él tenía una historia pensada inicialmente como un guión para cine, yo hice los primeros dibujos y vimos que funcionaba. A partir de ahí empezamos a trabajar sobre el guión de Jose», cuenta Ramón, que acaba de participar en el Literatur Festival de Berlín como autor invitado. «Su publicación fue un poco casual, porque yo tenía las primeras páginas hechas y ese día tenía una entrevista con la editorial, lo vieron y ya decidieron editar el libro», revela.

Pero esta trabajo conjunto no es el único. Firmaron juntos otro, Kartoffel , finalista el año pasado en los premios Castelao de Cómic del Concello de A Coruña, que, aunque fue anterior a La cueva del infierno , aún no ha salido publicado.

«Hace quince años años probamos pasar una historia de vampiros de Jose a cómic, pero se quedó ahí. Fue un primer intento de hacer lo que estamos haciendo ahora», recuerda Ramón. Ahora trabajan en tres a la vez, retocando y ampliando Kartoffel , retomando aquella primera historia de vampiros y ya tienen las primeras páginas de otra de piratas ambientada en el Mediterráneo. «Más clásica», cuentan.

La charla tiene lugar tras una visita al taller en Guixar donde trabaja Ramón.

Allí comparte espacio con otros dos artistas en el impresionante decorado de una conservera abandonada que le sirvió como tema para su última exposición en Vigo el pasado enero. El ilustrador trabaja en otros libros de novela juvenil para diferentes editoriales y escritores, entre ellos, Marcos Calveiro, que es su cuñado.

«Todos artistas», apostilla el hermano mayor, que además prepara una película coral de animación.