La Universidad de Vigo calienta motores. Todas las miradas se centran de momento en Madrid. La expectación está puesta en el día 19 de octubre. Una comisión nombrada por el Gobierno decidirá ese día si el proyecto gallego recibe la categoría de Campus de Excelencia Internacional, lo que supone un sello de calidad y fondos para situarse en los primeros puestos de Europa en investigación. Pero aunque el foco esté en Madrid, al mismo tiempo el Campus do Mar ya se va preparando a fuego lento en las cocinas de la Universidad. Porque, sea cual sea la decisión de Madrid, a principios del próximo año empezará a funcionar el Campus do Mar, liderado por Vigo.
El rector Alberto Gago, impulsor inicial del proyecto, había prometido que la mayor agrupación de investigadores de la historia de Galicia -2.700 solo para empezar- nacería aunque no obtuviera el distintivo de calidad de Campus de Excelencia Internacional. Su sucesor, Salustiano Mato, recogió esa promesa. Ahora la Universidad ya cuenta con una hoja de ruta que lo garantiza. «El Campus do Mar debe estar operativo a principios del próximo año», asegura el comisionado para ese proyecto, el catedrático Emilio Fernández Suárez.
La agrupación reunirá bajo una misma coordinación toda la investigación marina de las universidades de Galicia y el norte de Portugal. ¿Cómo? A partir de los primeros momentos del año 2011, se formará un consejo rector. En él estarán los promotores del proyecto, es decir, las universidades de Vigo, Santiago y A Coruña, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instuto Español de Oceanografía (IEO). Estarán también los demás organismos investigadores que forman parte del proyecto, desde las universidades portuguesas de Oporto, Aveiro, Minho, Tras-os-Montes e Alto Douro y Azores (esta, aún pendiente de firma) hasta el Cetmar, Gradiant, Anfaco o el CTAG, entre otros.
El consejo rector será una comisión transitoria. Tendrá el encargo de formar un consorcio, que nacerá entre el 2013 y el 2015. El proceso de creación del consorcio Campus do Mar es lento, porque, según el comisionado de la Universidad, su tramitación administrativa es muy compleja.
Personalidad jurídica propia
Tendrá personalidad jurídica propia. Eso será un elemento clave, porque desde ese momento el Campus do Mar será una institución más. No será simplemente un grupo o una red de I+D, sino que será un organismo independiente. Entre otras ventajas, podrá contratar personal propio para reforzar la investigación. Es decir, contará con mayor libertad y tendrá la posibilidad de reforzarse. Tendrá también un gobierno propio.
Todavía no se conoce quién formará parte de ese consorcio, según aclara Emilio Fernández. La intención es que se sumen varias instituciones, pero tendrán que hacerlo en unas condiciones parecidas. Aportará un elemento muy novedoso. Si todo sale según las aspiraciones de la Universidad, ese consorcio estará participado por instituciones públicas y también por empresas.