O Porriño arreglará los molinos del tercer mayor fabricante del mundo

L.Míguez O PORRIÑO/LA VOZ.

VIGO

09 jun 2010 . Actualizado a las 19:12 h.

«Aquí as cousas están moi paradas, polo que decidimos comezar a saír». Así de sencilla suena la explicación para que una firma de O Porriño haya empezado a trabajar con el tercer fabricante de aerogeneradores más importante del mundo, medida que ha llevado a sus trabajadores a Rumanía y próximamente lo hará a Grecia y Chile. Quien le aporta este toque de sencillez a un proceso de internacionalización a gran escala pese a los tiempos de crisis es su actual gerente, la joven Jennifer Gómez. Con tan solo 28 años dirige las instalaciones de Aplimega, ubicadas en el polígono de As Gándaras, donde se encargan de las reparaciones de los modernos molinos de viento que copan las montañas de medio mundo.

Su objetivo es llegar a buena parte de todos esos rincones. Y van por el buen camino. Conocieron a la empresa realizando labores de soldado y pintura en su campo de Jerez. La satisfacción fue mutua y el parón estatal en el mundo del aire hizo lo demás. Llegaron ofertas para viajar y aceptaron.

Primero fue un tímido encargo de las instalaciones de la localidad rumana de Badabag, donde los tres operarios tendrían que reparar diferentes partes de un conjunto de 25 molinos. Pero la cifra ha ido subiendo y también la clientela: la próxima semana otros dos operarios se trasladarán a Grecia. El siguiente paso de ampliación de fronteras será Chile, y no parece el último. La firma negocia también llegar hasta Brasil.

Facturación

«A nivel internacional a de Rumanía é a primeira obra que imos facer. Fumos cun pedido dunha semana pero agora se ampliou, así que temos que facer cálculos ó regresar para ver canto se facturou. Os ingresos son altos pero tamén os gastos den seguros e maquinaria», recuerda la gerente desde las recién inauguradas instalaciones de O Porriño. El traslado se produjo cuando la nave de Viveiro, en Lugo, se empezó a quedar pequeña. Allí estableció el fundador la sede de Aplicaciones Gómez, en 1998. Empezó trabajando con estructuras metálicas de pequeñas dimensiones, reparación y tratamiento especializado en las obras.

Poco a poco amplió la clientela y comenzó a tratar todo tipo de piezas de los aerogeneradores, así como barcos y torres eólicas. Ante la demanda existente en el sector se fundó Aplicaciones Metalúrgicas Gómez, Aplimega, donde se puede trabajar con estructuras de cualquier tamaño. La medida ha permitido que las ambiciones de la firma vayan creciendo parejas a su evolución, por lo que ante la difícil situación económica actual decidieron abrir nuevos mercados. Hacerse con un nombre en el sector logró que el año pasado la dos instalaciones de la firma facturarán más de 3,5 millones de euros.

«Temos unha relación moi boa cos nosos clientes. O meu tío, fundador da empresa, sempre me tivo ao seu lado así que aínda que me movo nun mundo de maioría homes, non hai problemas. A xente xa nos coñece e resulta moi doado traballar con eles», recuerda la responsable de Aplimega.

Los operarios que están a su cargo se encargan, entre otras cuestiones, de tratar la pintura que recubre los molinos, que se suele estropear por el mecanizado una vez que se coloca en el lugar elegido. Además, también realizan labores de soldadura, limpieza y reparación, todo ello de forma manual.

En el caso de Rumanía, han tenido que instalar una carpa en la explanada del parque eólico para poder proteger el material del tiempo y trabajar en condiciones buenas.