El bus del aeropuerto cae en picado

VIGO

Solo 65 pasajeros que aterrizan en la terminal de Peinador usan cada día el autobús urbano para trasladarse a Vigo. Vitrasa culpa de la baja cifra a las molestas obras

14 abr 2010 . Actualizado a las 13:10 h.

Son las ocho de la mañana y tres pasajeros cargados de maletas salen de Vigo en el bus de Vitrasa de la línea C9A. El transporte pasa de largo el aeropuerto en obras y sube hasta el lugar de Peinador, en el límite entre Vigo y Mos. Allí hace fin de parada y minutos después arranca de vuelta hacia el aeropuerto. Los viajeros descargan sus bultos cerca del campo de golf del Aeroclub y suben a pie bajo la lluvia por una carretera sin arcenes hasta el párking provisional de la terminal mientras los coches pasan por al lado.

La vuelta a Vigo es otra aventura. Una decena de pasajeros que acaban de aterrizar arrastran sus maletas entre las obras, arrimados a la orilla por temor a ser atropellados por los coches, y llegan hasta la avenida del aeropuerto. La parada provisional carece de marcador electrónico para señalar el tiempo de llegada de bus. Sí dispone de un poste con indicaciones de los horarios y frecuencias. A pesar de que el aeropuerto es una parada principal en la mayoría de las ciudades, esta carece de un panel digital que señale lo que tarda el bus en llegar. Esta falta de información ponen nerviosos a los viajeros, la mayoría jóvenes extranjeros que están acostumbrados a moverse en bus en los aeropuertos europeos. Estos lo ven pasar de largo, en dirección a Mos, entre comentarios de sorpresa.

Fuentes de Vitrasa admiten que la línea C9A es «anómala» pues cada día solo se suben 65 viajeros en la parada de autobús del aeropuerto. La cifra de 2.000 viajeros mensuales (24.000 al año) es menor que la registrada en años anteriores. Fuentes de la compañía de autobuses urbanos atribuyen el descenso a las molestias que ocasionan las obras, lo que impide realizar un servicio dentro de la normalidad. «La parada ha cambiado tres veces de sitio, lo que desconcierta a los usuarios. Esto nos ha perjudicado porque la demanda debería ser mayor. Vitrasa intenta hacer todo lo posible», dice un portavoz.

Las cifras que maneja Aena apuntan a un tráfico de 38.000 viajeros que llegan en un al aeropuerto, lo que supone un 3% de los transportes. En primer lugar está el coche particular con un 62% de usuarios, el taxi, con el 25%, el vehículo de alquiler con el 9% y el 1% con autobuses de cortesía.

La línea C9A de Vitrasa parte de López Mora, cerca de la avenida de América, pasa el centro y por la estación de trenes, y recorre toda la avenida de Peinador, con paradas en el rural. Su frecuencia es de 30 minutos. El primer bus sale a las 5.30 horas para dar a tiempo a los pasajeros a facturar a los primeros aviones que despegan. El último servicio se presta a las 23.00 horas, con los vuelos de la noche.

Otros aeropuertos

Los grandes aeropuertos como Barajas fletan autobuses a la ciudad cada cinco o diez minutos. Los de tamaño medio, cada diez o veinte minutos, que todavía es una frecuencia competitiva. Generalmente, se trata de buses lanzadera o exprés que conectan la terminal con una estación intermodal de tren y autobús. Están diseñados con espacios libres para colocar fácilmente los bultos y maletas. La parada está situada a escasos metros de la salida del aeropuerto y bien señalizada. En regiones lluviosas, un paso acristalado protege al usuario de las inclemencias.

En el caso de Vigo, no hay conexión directa con la estación de autobuses ni con la terminal de vapores de la ría, lo que disuade de usar el bus a los vecinos de las comarcas. Una solución sería crear una segunda ruta con el trayecto Peinador, el hospital de Meixoeiro, las estaciones de autobús y ferrocarril, y la terminal de transbordadores.