El 9 de abril de 1960 se cerraba un largo período de incertidumbre creado en torno a la solicitud de Petrogasa para instalar una refinería de petróleo en la ría de Vigo. La solicitud había sido presentada por Salvador Moreno, en nombre de la compañía de Petróleos de Galicia.
Aquel día, la Dirección General de Industrias hacía pública su negativa. Entre las consideraciones que destacaba la resolución se encontraba que el Gobierno negaba tales autorizaciones a entidades en las que el Estado no poseía la mayor parte de las acciones y ejercía el control de las actividades.
En el momento molestó mucho la negativa, y más cuando fue concedida a A Coruña poco tiempo después. Con el tiempo, se puede decir que la ría se salvó de sufrir un constante atentado medioambiental. Precisamente, un día antes, el biólogo Olegario Rodríguez Marín daba una conferencia en Vigo en la que apostaba por la creación de un plan ostrícola, el incremento del cultivo de mejillones y el empleo de la congelación con destino a la comercialización del pescado de la ría.
Cruz de los Caídos
El 7 de abril de aquel año, el gobernador civil, Rafael Fernández Martínez, que también era el jefe provincial del Movimiento, visitaba las obras de construcción de la Cruz de los Caídos en O Castro. El monumento fue inaugurado el 14 de septiembre de 1961, durante una visita de Francisco Franco a la ciudad. La obra fue diseñada por el arquitecto municipal Emilio Bugallo. Los relieves escultóricos fueron realizados por Xoán Piñeiro, mientras que los adornos fueron facturados por el taller de Alfredo Iglesias. La obra fue asumida por la empresa Construcciones J. Lago Loureiro. El monumento pretendía rendir homenaje a los muertos en el bando nacional.