Cuarenta y dos marineros de Bouzas fueron dados por desaparecidos por las autoridades el 10 de febrero de 1930. Eran las tripulaciones de cuatro pesqueros que faenaban habitualmente en la costa portuguesa.
La alarma se activó el 1 de febrero, cuando no había noticias de los barcos, tras el paso de dos temporales importante por la costa atlántica. Días después, la angustia aumentó al no llegar noticias de un quinto pesquero, el María del Carmen . Los armadores boucenses solicitaron la colaboración del Gobierno en la búsqueda de las embarcaciones perdidas, el Montenegro 7 , Montenegro 8 , Las Agujas y el Ángel Manuel . Dos barcos de la Armada partieron de Cádiz y Ferrol para rastrear la costa portuguesa.
El día 5 de febrero, se alivia la situación al llegar al puerto de Bouzas el pesquero República con los náufragos del María del Carmen . Contaron los supervivientes que había sufrido los dos temporales con tantas dificultades que tuvieron que abandonar el barco en cuanto vieron al República . Todo ocurrió en el viaje de retorno, a la altura de Leixoes.
La infructuosa búsqueda del resto de los barcos llevó, el 10 de febrero, a declarar como desaparecidos a los 42 tripulantes de los cuatro pesqueros que nunca llegaron a puerto.
La Marítima, entidad que agrupaba a los armadores de Bouzas, iniciaba entonces una suscripción popular para aliviar las penas económicas de los familiares de los fallecidos.
Un quinto pesquero
El 14 de febrero se oficiaron los funerales por los desaparecidos y toda la sociedad viguesa colaboró en la suscripción económica destinada a las familias de las víctimas. Ese mismo día, a la altura del cabo Sardao, se hundía otro barco de Bouzas, aunque en este caso no toda la tripulación era de la villa viguesa.
Tras los funerales, se realizó una procesión marítima hasta la boca sur de la ría, con el fin de dar el último adiós a las cuarenta y dos víctimas del naufragio. En algún barco llegaron a morir hasta cuatro miembros de una misma familia.