Una serpiente de más de dos metros de largo atacó ayer por la mañana al pitbull de un vecino de Gondomar mientras paseaba por un parque público cercano al río
19 nov 2009 . Actualizado a las 10:26 h.El río Miñor podría haberse convertido en el hábitat de una serpiente peligrosa. Un vecino de Gondomar, Fernando Fernández López, la ha tenido muy cerca. Afirma que tiene más de dos metros de largo «y una cabeza tan grande como la mía».
El reptil se enzarzó ayer con su perro mientras paseaban en el parque de la calle Curros Enríquez. Fernando salió a la calle sobre las diez y media de la mañana para dar un paseo matutino a su mascota, Argo, un pit-bull de seis años de edad. Acudieron a la pequeña zona verde que hay sobre la ribera del río Miñor, un espacio donde el Ayuntamiento acondicionó hace años un merendero con mesas y sillas de madera para el disfrute de todos los vecinos.
Fernando se extrañó cuando escuchó los gruñidos de su perro. Al acercarse reconoce que se llevó el susto de su vida al ver la serpiente que sólo pudo calificar como «algo monstruoso». Intentó coger a su perro para separarla de la serpiente. El can la había conseguido agarrar con los dientes. Pero Fernando no lo pudo soltar y optó por escaparse. Así fue como el perro decidió seguir a su amo y abandonar la pelea. La serpiente se escabulló entre la maleza y pudo haberse escapado por el río.
«Llegó pálido a casa», comentaba después de su padre, Fernando Fernández Moreira, panadero de profesión. El joven decidió acudir a la policía local de Gondomar para contar lo que le había pasado. Allí le contaron que no es la primera vez que vecinos acuden alarmados después de haber visto una serpiente de grandes proporciones en la ribera del río Miñor.
Después prestó declaración en el cuartel de la Guardia Civil del municipio gondomareño. Expertos de Medio Ambiente investigarán el cauce del río para tratar de identificar el animal y comprobar si se trata de una especie peligrosa. «Era una anaconda, estoy convencido, alguien la crió y después debió soltarla y seguir creciendo en libertad», aseguraba ayer este testigo. Más escéptico se mostraba ayer el biólogo y gran conocedor del ecosistema local Fernando Lahuerta. Este profesor no descarta que el vecino de Gondomar esté en lo cierto, pero también apunta que podría ser una serpiente de agua, un reptil que puede alcanzar los dos metros de largo. «No resulta venenoso, pero yo no estaría tranquilo viviendo cerca», reconoce. El hombre que vio la serpiente tampoco. Fernando Fernández López asegura que nunca más volverá a pasear a su perro por este lugar. «Ahí voy a estar mejor», afirma mientras señala otra zona verde situada al otro lado de la calle, lejos de la ribera del río Miñor.