Una veintena de personas, convocadas por los colectivos ecologistas Luita Verde y Anduriña, participaron ayer por la mañana en una jornada de limpieza en el entorno de Massó con la máxima «Salvemos O Salgueirón».
Rastrearon la basura existente, incluso oculta por la vegetación, en la llamada finca de Don Paco, en la alameda, en los bordes del camino que pasa por el antiguo hotel y la chimenea, el bosque de arces y robles y la playa que hay justo al lado de la actual zona de obras.
Recogieron medio centenar de bolsas de basura, además de puertas y ventanas tiradas, colchones, televisores, sofás o sillas de plástico y madera.
La basura fue acumulada en varios puntos. El lunes, los organizadores pedirán al Concello que envíe a la adjudicataria del servicio a retirarla. El camión tendrá que saltarse las señales que prohíben el paso a vehículos de más de 3,5 toneladas con las que el gobierno cangués logró paralizar las obras, al impedirle a la empresa suministrarse la piedra necesaria para construir los muelles.
La jornada concluyó con un taller de reciclaje en el que los participantes elaboraron carteles con los propios desperdicios encontrados para instar a todos aquellos que pasean por la finca a no tirar más basura al suelo.
Los ecologistas responsabilizan del abandono de O Salgueirón al Concello, que, dicen, desde hace años permitió que se haya convertidos en un «vertedeiro incontrolado».
Además de limpiar la zona, la jornada tenía una clara finalidad reivindicativa. Los participantes fueron personas que se oponen tanto a la construcción del puerto deportivo como a la proyectada urbanización en la finca por parte de Residencial Marina Atlántica.
Piden que los casi doscientos mil metros que tiene O Salgueirón sean calificados como espacios públicos y que las diversas construcciones se protejan como bienes patrimoniales.
En las normas urbanísticas en vigor, solamente está protegida la vieja conservera. Existen otras instalaciones, como la ballenera, antiguas fábricas de salazón, el hotel, viviendas o la edificación en la que se estañaban las parrillas, que no tienen protección alguna. Son construcciones de distintas épocas, estilos e interés arquitectónico
El concejal de Cultura encargó un pequeño informe sobre todas estas instalaciones con la intención de solicitar a la Xunta la calificación de bien de interés cultural de todo el complejo industrial, algo que había empezado a tramitarse pero que quedó finalmente parado.