«Una vez retiramos con la grúa un coche fúnebre que iba a recoger un cadáver»

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Dice que también llevó al depósito un vehículo con el conductor dentro, que decía ser abogado y le amenazó con presentarle varias querellas pero, a las tres horas, pagó y se fue

11 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Xulio Vázquez Su nombre suena al de un pájaro. Pero, por el temor que causa con su sola presencia, se la podría comparar con aquellas sanguinarias aves prehistóricas. Aunque actúa a ras de suelo y a cualquier hora en las ciudades y es más joven que los automóviles. Además no avisa. Tampoco es que le vaya a dar un picotazo a alguien en la barriga y se marche con sus tripas. Sin embargo, puede hacer agujeros en los bolsillos. Y eso siempre duele, sobre todo en los tiempos de crisis. Basta con mencionarla en cualquier lugar para que surja el pánico. Como salga de la boca del cliente de un bar la palabra grúa, nadie esperará a que añada municipal. Ganará la calle por piernas y correrá hacia su coche como un poseso para ponerlo a buen recaudo de sus garras. Es un pulso diario entre los que aparcan donde no deben y el servicio municipal de retirada de vehículos en Vigo. Luego, cuando le enganchan el coche, le echan la culpa al de la grúa. «Menos guapo, me han llamado de todo», afirma Juan Lago Vilanova (41 años). Trabaja de conductor de grúa para la empresa Setex Aparki, concesionaria del Concello. -¿Lo más curioso que le han dicho? -Que ojalá tenga que gastarme en tiritas los 124 euros que abonó para recuperar el coche. -¿Llevan muchos al depósito por iniciativa propia? -Muy pocos, porque estamos casi todo el tiempo ocupados retirando algún vehículo por llamadas de particulares y de la propia policía local. -¿Entonces, son unos mandados? -En el 99% de los casos ocurre así. -¿Cuál es el motivo de la mayor retirada de coches? -No respetar la zona de carga y descarga, las plazas de los discapacitados y los vados. -¿Cuántos tienen ahora mismo en el depósito? -Sobre 1.500 si contamos también las motos. -¿Cuál es la media diaria? -Entre 30 y 40 coches, sin contabilizar los fines de semana -¿Tardan mucho en ir a recogerlos? -Algunos sí, sobre todo cuando están a mediados de mes. -¿Hay reincidentes? -Hay quien repite hasta tres veces en un mes. Recuerdo que a la última persona que le sucedió fue a una mujer. -¿Será millonaria? -(Risas). Tal vez. -¿Y si llega cuando se lo están enganchando? -Entonces solo se le cobra la mitad por liberarlo. Siempre hacemos lo que nos indica la policía local. Además tiene que estar siempre un agente presente para que intervengamos. -¿Los que no recogen? -A los seis meses, los subasta el Concello. Suele haber tres al año y en alguna subasta más de cien. -¿La disculpa más frecuente? -Nos tienen llamado por estar un coche en doble fila y el conductor nos dice que solo ha estado aparcado unos minutos, a pesar de que nos llevó media hora llegar hasta allí. -¿Pueden enganchar cualquier coche? -Casi todos, excepto los de gran tonelaje. Pero se le puede poner el cepo para inmovilizarlo. -¿Alguna anécdota? -La más curiosa es que una vez se retiró un coche fúnebre que iba a buscar un cadáver para un entierro. Lo había dejado mal aparcado debajo de El Corte Inglés.

-¿A algún conocido?

-Sí, al ex entrenador del Celta Fernando Vázquez. También vi por aquí al ciclista Óscar Pereiro, aunque venía acompañado de su esposa, por lo que no sé si fue él quien cometió la infracción. -¿Sacerdotes? -Más de uno, pero sin sotana, con alzacuellos. -¿Y monjas? -También. No sé si venían rezando, pero pagaron religiosamente y se marcharon. -¿Llevó al depósito un automóvil con una persona dentro? -Pues sí, me sucedió. Era un hombre que dijo ser abogado. Se metió dentro del coche cuando iba a retirárselo y me amenazó con infinidad de querellas. Al llegar, aún siguió tres horas dentro de su vehículo. Pero luego se bajó, pagó y se fue.