La falta de servicios retrasa el inicio del curso de 200 escolares de Mos

L.Míguez

VIGO

Pese a que la Xunta ha adelantado la fecha de apertura para el día 14 en lugar del 17, los padres se niegan a llevar a los niños sin ver las instalaciones

11 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Aulas sin pupitres, despachos sin material de oficinas, clases de informática sin Internet y un comedor sin mesas, así está el colegio Castro Mos. La Xunta anunció esta semana el retraso del inicio del curso por «problemas burocráticos» para el día 17 y ayer adelantó la fecha al 14 pero el colegio, según denuncian padres y docentes, no está listo para empezar. Aunque los profesores llevan ya más de una semana trabajando en su interior, lo cierto es que las obras ni siquiera están recepcionadas. Empezaron su labor de forma ilegal en un edificio al que acceden porque los obreros cuentan con llaves. Se han pasado las jornadas desempaquetando cajas y tramitando matrículas aunque carecen de Internet y teléfono. Pese a que estos servicios podrían solucionarse con el traspaso de las instalaciones al Concello, acto que está previsto para hoy, los padres denuncian que existen muchas otras deficiencias. «En Infantil hay un aula que está sin amueblar, en algunas de Primaria faltan sillas, en el comedor no hay nada preparado y los elementos del gimnasio siguen en cajas», recuerdan desde la asociación de padres y madres de alumnos. Al descontento se une también la falta de una notificación por el cambio de fecha. «Recorrimos todas las casas para informar de que empezábamos el 17 y nos enteramos de casualidad de que en la Xunta cambiaron para el 14. No nos avisaron ni a nosotros, ni al servicio de autobús, ni al de comedor ni nada», recuerdan los padres de los más de 200 alumnos que empezarán las clases en este nuevo edificio. Como desde los jardines ya han divisado deficiencias que consideran peligrosas para los menores, han anunciado que no están dispuestos a llevar a sus niños hasta que no puedan visitar las instalaciones, tal y como se había acordado con anterioridad. «Por muchos milagros que hagan el fin de semana, no queremos arriesgarnos», apuntan las familias.