La familia Vaqueiro convertirá en un talaso la vieja conservera de O Hío

J. Santos

VIGO

El centro incluirá spa, gimnasio, piscinas de natación y tratamiento, solarium y baños terapéuticos

31 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Vaqueiro Gestión SL, propiatria de la vieja fábrica de Ameixide, en O Hío, tiene todo preparado para convertir la conservera en un centro de talasoterapia. Falta sólo el visto bueno final de la comisión de gobierno, que en su reunión del pasado martes decidió posponer la decisión.

Las naves las adquirió en subasta pública en 1997 el empresario Jesús Vaqueiro tras el cierre definitivo de la empresa, en 1996. Inicialmente pretendía habilitar la antigua fábrica como vivero. Finalmente optó por un proyecto totalmente diferente: un hotel de cuatro estrellas y un talaso. Costas rechazó la propuesta del hotel, que previsiblemente se levantará en una segunda fase en la zona alta de la finca, pero aceptó el centro de talasoterapia.

Finales del siglo XIX

La fábrica de Ameixide comenzó a funcionar a finales del siglo XIX. A principios del siglo pasado pasó a ser propiedad de la familia Curbera, que la mantuvo hasta 1992, cuando la compró Conservas Carballo. Cuatro años después cerró. En sus mejores momentos, Curbera daba trabajo a 150 personas.

Vaqueiro Gestión SL encargó el proyecto del centro de talasoterapia a Díaz Grande, que optó por conservar el aspecto de la nave, de 3.860 metros de superficie. En la planta baja habrá un amplio hall de entrada unido a la recepción. En esa misma zona habrá una cafetería, sala de espera y biblioteca. El área de tratamientos contará con un gimnasio, una pista deportiva de 200 metros cuadrados, un despacho médico, salas de tratamiento y masajes y tres bañeras.

El área de spa incluye una pequeña piscina de natación y otra de tratamiento, un jacuzzi, un amplio solarium, los baños terapéuticos, duchas de contraste, sauna, termas y haman. Tendrá una planta alta que incluirá una segunda área de spa.

El agua se tomará del mar. Serán 3.98 metros cúbicos al día. Los accesos serán por tierra y también por mar, gracias al pequeño muelle en el que en su día descargaba el pescado para la conservera.