Los dos jóvenes propietarios de la firma empezaron fabricando para los amigos antes de saltar al terreno profesional
20 may 2009 . Actualizado a las 15:27 h.La curiosidad por el trabajo que un día habían desarrollado sus abuelos monfortinos, llevó a Amaro González a interesarse por el mundo de la cerveza. Tardó poco en contagiar dicha curiosidad a Andrés Bernárdez, con el que coincidió en las aulas de la Escuela de Ingenieros Industriales de Vigo.
En las horas que les dejaban libres sus respectivos trabajos empezaron a experimentar, y a compartir con los amigos el resultado de dichos experimentos, que se traducían en una producción casera y, por tanto, mínima. «Las tiradas eran de 20 ó 30 litros por semana», afirma Andrés. Al final, a la vista de que la demanda amistosa no paraba de crecer, a principios del pasado 2008 decidieron dar el salto al terreno profesional.
Explican que eligieron Redondela para instalarse porque encontraron un local que se ajustaba a sus necesidades pero, sobre todo, por la calidad de sus aguas. «Más del 80% de una cerveza es agua, así es que es una materia prima esencial», recuerda Andrés Bernárdez. Las restantes (cebada, lúpulo...) las seleccionan con el mismo criterio de calidad.
Como cualquier empresario, su objetivo es crecer, pero dicen que no a cualquier precio. «Lo nuestro es la cerveza artesana con personalidad», afirman. Han empezado a introducirse en el mercado sin prisa pero sin pausa. Producen poco más de 2.000 litros durante los meses de invierno, cifra que duplican en los de verano.
Dicha producción la reparten en dos recetas: La primera, San Amaro, se traduce en una cerveza fresca y ligera con seis grados de alcohol, en tanto la segunda, San amaro Tripel, es tostada, con ocho grados y «con personalidad», apostilla Andrés, que añade que no es que resulte más fuerte, sino que tiene más sabor.
Las pasada Navidad decidieron realizar una tirada especial, en botella de 75 centilitros y con una etiqueta distinta, igual que la receta. La buena acogida que tuvo les ha llevado a repetir. De hecho la de las próximas fiestas ya está hecha, «en total un millar de botellas que en estos momentos están en fase de maceración», relata Andrés.
Emplean entre dos y tres meses en elaborar cada lote de cerveza. El proceso se inicia con la molienda del grano, posterior cocción del mosto obtenido, maceración... En función de la clase de cerveza que quiera obtenerse el tiempo de fermentación varía.
Distribución
De momento, los principales canales de distribución de San Amaro son las tiendas gourmet, los restaurantes y las cervecerías. «Este es un mercado muy competitivo; introducir un producto como el nuestro no resulta fácil», afirma.
Con el objetivo de profundizar más en un sector que pretenden que sea su única fuente de ingresos Amaro vive a caballo entre vigo y Madrid, donde realiza un máster en tecnología cervecera.