Los hosteleros cifran en un 70% la caída de ingresos por las obras

VIGO

16 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los hosteleros de la calle Coruña aseguran que han perdido hasta un 70% de la clientela y de los ingresos por la obras de humanización que están efectuándose en dicho vial desde el pasado febrero.

Algunos de ellos se están planteando, incluso, presentar un escrito de reclamación en el Concello, una medida que no convence a la mayoría porque dudan de su efectividad.

El corte de agua sufrido por los establecimientos durante toda la tarde del martes ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de algunos profesionales, que tienen que enfrentarse con un contexto de crisis generalizada. Esperanza Rodríguez corregente del restaurante-mesón El Dorado explica que normalmente empieza a cocinar a partir de las seis de la tarde y por el corte de agua no pudo trabajar el martes por la tarde y se le había acumulado bastante faena ayer por la mañana.

Cuenta que el menú del día es muy variado y tiene un buen precio, seis euros, y además lo preparan para llevarlo a casa. Por eso el negocio atrae a una numerosa clientela procedente de otras partes de la ciudad. Antes de las obras paraban el coche delante del mesón y se llevaban su pedido. «Ahora hemos tenido que cerrar la terraza por las obras y la gente ya no viene a por la comida porque no hay sitio donde aparcar».

Por todos estos motivos, Esperanza Rodríguez asegura que «mi marido y yo estamos pensando presentar una reclamación al Concello».

Manuel Cerqueira, propietario de la cafetería Bonsái, asegura que «estoy perdiendo unos cien euros al día por culpa de las obras». El dueño de este establecimiento afirma, con la pala excavadora trabajando delante de su puerta, que «hemos tenido una enorme pérdida de clientes». El negocio ha caído en picado desde el 22 de febrero, día en que empezaron las obras.

Más dificultades

Además de la supresión de ochenta plazas de aparcamiento en las inmediaciones de estos locales de hostelería, la policía local ha comenzado el control riguroso de los coches aparcados en doble fila, para regocijo de algunos automovilistas habituales, pero para desgracia de los empresarios, que se beneficiaban de los estacionamientos irregulares.

Manuel Cerqueira sentencia que las obras de humanización «no son una ayuda anticrisis sino que nos provocan más dificultades».

Los problemas llegaron también ayer a los negocios y viviendas de la zona de Hispanidad donde hubo otro rotura.