Los astilleros de la ría de Vigo absorben el 42,8% de todo el volumen de trabajo de la construcción naval privada de España, según datos del propio Ministerio de Industria, que en su informe anual permite ver que el bienio 2008-2009 es uno de los mejores de la historia del sector en España y que, precisamente, las factorías de la ría de Vigo se encuentran entra las más productivas del país. El índice de puesta de quilla, es decir, el inicio de la obra en sí misma, y las botaduras -a las que subsigue la entrega a la casa armadora al finalizar la obra ya en el mar - han alcanzado sendos récords, probablemente ya no superables en el bienio siguiente. Si la industria naval, por tanto, pelease en una liga nacional, la ría de Vigo tendría ganado el derecho a jugar en la Liga de Campeones, dado que en el último bienio, y según las perspectivas de los dos próximos años, la actividad productiva estará a pleno rendimiento.
En términos absolutos, el total de toneladas acumulada hoy día en la cartera de pedidos del sector de construcción civil privado de toda España es de 707.341 toneladas, en tanto que en la ría de Vigo se alcanza en la actualidad las 303.271 toneladas. Por sí solo, el astillero Hijos de J. Barreras suma 160.443 toneladas en concepto de encargos de buques, con una cartera de pedidos confirmada de 10 naves hasta el horizonte del año 2012. Esto supone algo más del 22% de todo el volumen de trabajo en España, que se sitúa, a su vez, entre los seis primeros constructores navales de Europa, en la órbita de Alemania, Dinamarca, Noruega, Polonia e Italia. España, en conjunto, en el sector civil, tiene en cartera un total de 151 barcos de acero, con algo más de 707.000 toneladas de registro bruto. En el sector de defensa, dispone, además de otras casi 60.000 toneladas, derivadas de la serie de fragatas para Noruega y por el buque de proyección estratégica para la Armada española, el mayor de su historia.
Los datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, cuya publicación ha sido demorada casi durante todo el año 2008, viene a refrendar oficialmente un año excepcional y unas perspectivas para el sector sin parangón en los últimos 30 años. Precisamente por esta excepcionalidad, la forma de interpretar los datos ha sido muy dispar. Para los sindicatos, es el momento de que las empresas aumenten los salarios de los obreros del sector. Por el contrario, los empresarios, estiman que la época de bonanza no va a durar eternamente y que no es, precisamente, el momento de alardes en las subidas salariales, ni por asomo en torno al 6%, tal y como piden las organizaciones de trabajadores.