O Berbés se arruina esperando el funicular

VIGO

13 mar 2009 . Actualizado a las 11:34 h.

El zócalo urbano del corazón del Casco Vello, el germen de Vigo, como ciudad, cada vez ofrece un peor imagen. Edificios en ruinas o apuntalados invitan poco al turista a pasear por la plaza o a disfrutar de los columpios infantiles que se han instalado en la zona. El aspecto abandonado de varios inmuebles da miedo.

Mientras uno de los inmuebles de la plaza, situado junto a un banco, ha sido demolido y otro está siendo derribado en estos días, el proyecto de construcción de un funicular que comunique bajo tierra la Ribeira do Berbés con el Concello mantienen paralizada la rehabilitación de otros tres edificios en la plaza situada frente a la lonja.

Mientras el proyecto sale o no adelante, los negocios se vienen abajo. Es el caso del restaurante Amura, que era uno de los mejores sitios para comer en Vigo antes de que el edificio se viniese abajo por el paso de los años y de los temporales. Eso ocurrió el 21 de diciembre del año 2007. Desde entonces no se ha avanzado apenas nada. El solar sigue vallado para evitar que los viandantes se aproximen demasiado a la fachada. Justo al lado se encuentra una peluquería de caballeros, la de Barros, que registra mucho movimiento de clientes.

Premio «gordo»

El inmueble del Amura se vino abajo en la víspera de la lotería de Navidad. Les tocó un castigo. El edificio tiene tres plantas. En la primera vivía una vecina y la superior había sido adquirida por un inversor para hacer negocio con el piso.

Tras derrumbarse el edificio, el Concello inició el expediente para declararlo en ruinas. Pero Teresa Pereira y su marido José Antonio Rojo se resisten a que el inmueble donde se ubica el Amura sea demolido y en su lugar solicitan que sea rehabilitado respetando el diseño original de la fachada. «Del restaurante vivíamos cinco familias», relata Teresa Pereira. Por el momento tratan de capear el temporal trabajando a destajo en su nuevo restaurante, el Puesto Piloto de Alcabre, que alquilaron a sus propietarios.

El proyecto de funicular afectará a tres edificios, el que se cayó parcialmente y donde se encuentra el restaurante Amura, que es el número 25 de la plazas; el número 23, que se encuentran también en mal estado, y el número 21 donde se halla la peluquería Barros, un establecimiento tradicional que lleva funcionando 26 años y que mantiene una clientela fiel.