Las placas franquistas siguen en las iglesias pese al pacto para retirarlas

VIGO

Abel Caballero anunció hace diez meses, tras hablar con José Diéguez, que «se quitarían en breve plazo»

09 feb 2009 . Actualizado a las 11:33 h.

Pese a la Ley de la Memoria Histórica, a la existencia de sendos gobiernos municipal, autonómico y estatal proclives al pacto alcanzado entre el alcalde vigués y el obispo de la diócesis, el proceso camina con extraordinaria lentitud. Hace diez meses Abel Caballero y José Diéguez lograron un acuerdo para retirar las placas franquistas de las iglesias de Vigo y el alcalde no tuvo reparo alguno en asegurar que «desaparecerían en breve plazo».

La colaboración del máximo representante de la Iglesia suponía un aval clave en una decisión siempre delicada. Sin embargo, diez meses después todo sigue igual y nada ha vuelto a saberse. En su momento el obispo guardó completo silencio y dejó que el alcalde diera a conocer el contenido de la conversación entre ambos.

Pasado casi un año un portavoz del Obispado afirma que si todo esta parado «es cosa del Concello, que se comprometió a gestionar el permiso de Patrimonio Histórico; desde entonces no hemos vuelto a saber nada». Inicialmente el alcalde realizó gestiones con Patrimonio Histórico del propio Concello, pero desde este departamento le remitieron al de la Xunta.

La postura del Obispado en este asunto es de plena colaboración a la decisión del poder civil partiendo de la base de que «hace 70 años nos ordenaron ponerlas (las inscripciones) y ahora otro gobierno ordena lo contrario; lo aceptamos, pero nosotros no lo vamos a hacer ni tampoco a correr con los gastos».

Explicaciones

Lo que pretende la Iglesia es que la retirada se haga de tal forma que no afecte a la estética y a la imagen de los centros religiosos. «Esto no puede ser una chafallada; las cruces y los nombres se han sujetado con tornillos y al retirarlos quedarán los agujeros. Por tanto, algo habrá que hacer y en eso tienen que intervenir los expertos», precisó este portavoz.

La postura de la jerarquía católica de asumir la retirada de las inscripciones pero no de promoverla quedó de manifiesto el pasado verano por medio de un artículo del propio José Diéguez en el boletín del Obispado. «La Iglesia no mandó ponerlas, ni que se realizaran en los muros de las iglesias; por ello no es nuestra incumbencia retirarlas ni la forma de hacerlo. La autoridad civil se ha creído en el derecho y en el deber de retirar estos símbolos y por eso aprobó la Ley de la Memoria Histórica en la que su artículo 15 determina la forma de hacerlo». Estas apreciaciones fueron consideradas más una explicación dirigida a los fieles de la Iglesia católica que una contradicción con el acuerdo que se había alcanzado con Abel Caballero.

Cruz de O Castro

Mientras este asunto sigue sin resolverse el alcalde sugirió hace tres meses la posible retirada del otro símbolo visible del franquismo en la ciudad. Caballero reconoció que había pedido opiniones a expertos sobre el futuro de la Cruz de los Caídos que se levanta en el monte de O Castro, pero después no hubo más noticias al respecto.