Así define David Braña su más reciente trabajo, que subtitula Primeros síntomas. El subtítulo no es gratuito ya que, según explica, no es más que la primera entrega de una trilogía. Lo de «banda sonora» lo dice porque los escenarios en los que transcurre esta historia de misterio, en Tossa de Mar, los ha pateado una y mil veces el autor. Son reales y perfectamente reconocibles para los habitantes o visitantes de la localidad catalana, en la que David vivió durante veinte años.
El caso es que hace un lustro cambió los aires del Mediterráneo por los del Atlántico (el amor es lo que tiene) y, claro, Vigo, que es donde ahora reside, no va a ser menos que Tossa, así es que ha decidido ambientar en la ciudad la segunda entrega de la saga.
Para enganchar al lector, en la penúltima página de la que ahora puede encontrarse en las tiendas especializadas en cómic, se ofrece una pista bien reconocible de por dónde andarán los protagonistas cuando la pluma de David Braña y los dibujos de Hernán Fino vuelvan a juntarse. Ese futuro punto de partida está en As Travesas, en la plaza de América para más señas.
David Braña es un autodidacta en esto del cómic. Empleado en una empresa de logística, le gusta plantarse delante del ordenador en su tiempo libre. A ratos para volcar su creatividad, y a ratos para conversar con internautas de medio mundo. Así fue como entabló contacto en su día con la que hoy es su mujer, Patricia Martínez, y así fue también como conoció a Hernán Fino, al que convenció para que pusiera los dibujos a sus textos. Fino reside en Argentina, donde publica tiras cómicas para diarios y fanzines.
David llegó al mundo del cómic hace tres años, cuando se presentó a un concurso en Teruel. Lo ganó y a Drakul le faltó tiempo para ofrecerse como editora de sus trabajos. El tiempo dirá si la firma tuvo buena, regular o excelente vista.
Raule, guionista de Jazz Maynard, define a David en el prólogo de Dos como un tipo que va al grano. «Y ese es el rasgo que más me gusta de un escritor», dice. También pone en antecedentes al lector sobre lo que va a encontrarse en las páginas siguientes, salpicadas de sangre, casualidades y sueños más reales que la vida misma: «Desfilan policías, un enigmático asesino vestido a lo Eminen y locos que no lo están tanto». O sí.
Y sin moverse del hotel Pazo los Escudos. El imaginario (y sabroso) paseo lo hizo posible Gallega de Hostelería y Alimentación o, lo que es lo mismo Milton Fernández, que derrochó sonrisas y abrazos. Cómo para no estar feliz, teniendo en cuenta que a lo largo de la jornada pasaron alrededor de un millar de personas a catar algunas de sus nuevas adquisiciones para el nuevo año.
En total 32 bodegas exponían sus nuevas añadas, entre las que no faltaron las joyas de Mariano García, alma máter de bodegas Mauro. Los asistentes también tuvieron oportunidad de catar los vinos de Arzuaga, Solagüen, Viña Herminia, Abadía Retuerta, Irius, Davide... El top juguetero de Imaginarium. En cuanto se enfila la recta navideña (la ciudad ya está llena de campanas y ángeles trompetistas), las novedades empiezan a inundar las tiendas de juguetes. Imaginarium acaba de presentar su top25 para la temporada. Claro que al margen de consolas para los más pequeños tan especiales y participativas como swinxs, la firma ofrece otros atractivos no menos importantes. Es el caso de la campaña solidaria que bajo el lema Un regado lleno de Navidad, comparten con Mensajeros de la Paz.
Raquel Mendes lo explica en pocas palabras: «Se trata de que los niños metan en una caja de zapatos, decorada con imaginación, algún juego que ellos ya no utilicen y que esté en buen estado. Nosotros nos encargaremos de hacérselos llegar a los que ni tienen ni pueden pagárselos». Buena idea.