Los propietarios de un piso de la calle Fragoso van a demandar por daños al inquilino que lo ocupó, ya que la vivienda ha aparecido totalmente llena de excrementos de perro y con numerosos destrozos. El notario levantó ayer acta del estado en el que se encuentra el piso, con decenas de heces diseminadas por los tres dormitorios, el salón y el baño.
El joven que ocupaba el piso llamado Alfredo fue desahuciado el pasado día 3 por un juzgado de Vigo después de que llevase varios meses sin pagar.
Según relató la dueña del inmueble, Encarnación Barreiro, el inquilino alquiló el piso en agosto del año 2007. Durante los tres primeros meses no hubo ningún problema. El joven, de 21 años de edad trabajaba de camarero en un bar de la playa de Samil. Pero debió quedarse sin trabajo y empezó a dejar de pagar la renta de la vivienda en la que vivía con su hermano.
En noviembre del año 2007 dejó de pagar la mensualidad, según aseguró la propietaria de la casa.
En un primer momento «le insistimos para que pagase la renta» pero, como no hacía caso, los dueños de la vivienda acudieron al juzgado para poder llevar a cabo un desahucio. Los trámites se prolongaron durante meses hasta que el juzgado ejecutó la medida. La sorpresa fue la imagen que se encontraron al entrar en el piso. En una de las paredes había colocada una ikurriña y todo el suelo estaba lleno de suciedades de perro y los muebles destrozados.
Los daños son muy cuantiosos. Solo limpiar la vivienda puede costar más de mil euros.
El antiguo inquilino es propietario de dos grandes perros a los que se supone llevaba al piso para hacer sus necesidades en él. Los dueños habían alquilado el piso durante muchos años y ahora no saben si van a seguir arrendándolo o no.