Crean una ruta en Ponteareas para denunciar siete de los vertidos al río Tea

PONTEAREAS

14 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Se ofrece postal con imagen de conductos vertiendo restos sin depurar, márgenes con basuras y un paseo abandonado y con desperfectos. La carta va sellada desde Ponteareas y se le puede añadir algún toque del olor que se disfruta recorriendo el margen del río Tea. Los encargados de escribir una líneas en su reverso fueron ayer los responsables del grupo ecologista Adenco y los participantes en la ruta que se organizó para denunciar la contaminación del cauce, que está incluido en la Red Natura 2000.

Desde la agrupación contabilizaron hasta siete vertidos en un tramo de tres kilómetros y medio que discurren desde el puente de San Roque hasta la depuradora. En este idílico espacio, donde se supone hubo una explotación aurífera romana y que está en pleno corazón del municipio, un cartel sentencia la salud del río. «Auga non apta para o baño».

Pese a que la playa fluvial invita a los chapuzones, los continuos análisis han demostrado, al igual que el año pasado, que el Tea está sentenciado a su paso por Ponteareas. Basta un paseo para conocer los detalles de ese dictamen sin necesidad de pruebas ni análisis químicos.

En un recorrido ayer mismo por la zona se podían ver numerosas conducciones, algunas de origen desconocido, cuyo contenido acababa con todas sus gotas en el río. En algunos casos, continuamente usado, como uno que sale junto al muro del restaurante que existe en la zona. El color blanquecino de su contenido deja pocas dudas sobre lo del baño. Unos metros más adelante, otro conducto está estratégicamente situado bajo unas enormes piedras. Asomarse entre los dos árboles es imposible porque casualmente una pila de ramas cortadas cierran el paso.

«Moitos non sabemos de onde veñen e algúns dependendo do día votan ou non, como non hai control ningún», recuerda Anxo Saborido, de Adenco. En algunos casos las sorpresas viajan a bordo de otros cauces, como ocurre en el caso del regato de Venda o del Xinzo, donde van a parar, según denuncian los ecologistas, continuos vertidos de las empresas que están situadas en la N-120.

Sin depurar

A medida que avanza la expedición, en la que participan unos quince vecinos, y se acerca a las instalaciones de la depuradora, la situación empeora. Un tubo se encarga de aliviar cuando llueve mucho y las instalaciones se saturan, aunque sin duda este no es el peor. Unos metros más adelante, cuando la nariz empieza a fruncirse por el olor, se llega a una conducción derrumbada de la que no deja de manar un vertido «que non pasa nin pola depuradora», según denuncia Adenco.