Goteo de cetáceos muertos en Nigrán y Oia

VIGO

20 may 2008 . Actualizado a las 19:53 h.

Los cadáveres de tres grandes mamíferos marinos que han varado desde el viernes y hasta el domingo pasados en las costas de Oia y de Nigrán han generado un verdadero problema en ambos ayuntamientos.

El último fue un calderón común que apareció el domingo por la noche sobre las rocas de Mougás, a la altura del cámping O Muíño.

Operarios municipales del Concello de Oia envolvieron ayer al animal en unas redes y lo ataron con un cabo metálico para después izarlo desde un tractor ubicado en lo alto de un pequeño acantilado.

Los encargados del rescate, que se llevó a cabo al mediodía, tuvieron que emplear mascarillas para protegerse del olor nauseabundo que despedía el cetáceo debido a su avanzado estado de descomposición por estar, probablemente, flotando a la deriva desde hace ya varios días.

Dejaron tendido al animal junto a un camino cerca del aparcamiento del cámping a la espera de que técnicos de la Xunta se hicieran cargo de recogerlo para su posterior incineración en una empresa autorizada.

Ballena

El cetáceo de mayores dimensiones es la ballena de más de ocho metros de longitud y unas 12 toneladas de peso que el pasado sábado llegó moribunda hasta la costa de Oia y que la marea acabó depositando sobre las rocas de Viladesuso, a la altura del restaurante BoaVista.

El alcalde, Leandro Rodríguez, acabó ayer tirando la toalla después de analizar las pocas posibilidades que existen para retirar este mamífero y darse cuenta de que el ayuntamiento carece de medios para llevarlas a cabo.

El cadáver comenzaba ayer a desprender un mal olor perceptible a decenas de metros y se extendió la preocupación entre los vecinos de una urbanización cercana.

Este varamiento ha suscitado una gran curiosidad de vecinos y visitantes. Al igual que el domingo, durante todo el día de ayer se acercaron numerosas personas para observar el enorme mamífero y sacarle fotografías con teléfonos móviles.

Y desde el pasado viernes se encuentra en una cala de Monteferro, en el término municipal de Nigrán, el cuerpo sin vida de otro calderón común en avanzado estado de putrefacción con un desgarro en el abdomen que hace que las vísceras afloren a la superficie.

El cetáceo acabó varando en la punta de la península que está orientada hacia las islas Estelas y Baiona. Se trata de un lugar que, aunque está despoblado, suele ser frecuentado cuando hace buen tiempo por muchos bañistas y amantes del deporte de la pesca.

Dos concejales del gobierno de Nigrán intentaron retirarlo con la ayuda de Protección Civil y de la policía local. Quisieron remolcar el cetáceo con una lancha hasta el puerto de Panxón, pero no consiguieron mover el cuerpo de la arena.

Todos los ejemplares han sido examinados por el Cemma.