Depreciación de la plantilla para vender pero con contratos en vigor altos para hacerle frente

La Voz

VIGO

13 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

En el próximo balance la dirección del Celta podrá incluir una partida de 15 millones de euros por la venta de jugadores (Nené, Baiano y Ángel, además de la cesión de Oubiña) el pasado verano, pero al conjunto vigués apenas le quedan activos que vender cuando finalice el presente campeonato. Salvo un final de Liga espectacular en lo individual y lo colectivo, los 13 jugadores con contrato en vigor también han sufrido una significativa depreciación y cualquier operación de traspaso deberá realizarse muy a la baja. Por contra, la continuidad de la mitad de los jugadores con contrato en vigor será un nuevo quebradero económico para el equipo al disparar el presupuesto para la plantilla, de 13,8 millones esta temporada.

A día de hoy tienen contrato en vigor para, al menos, el próximo curso, los porteros Esteban y Pinto; los defensas Lequi, Rubén, George Lucas y Roberto Lago; los centrocampistas Oubiña, Rosada, Roberto de Souza, Jonathan Vila y Canobbio y los delanteros Guayre y Perera.

Muy pocos de estos futbolistas podrían pujar fuerte en el mercado y dotar al Celta de una liquidez de la que carece en estos momentos. Nadie duda de que Borja Oubiña sigue siendo el principal activo del club, pero el canterano vigués sale de una larga lesión y necesita tiempo para recuperar su mejor nivel y volver a brillar. Si se queda en el Celta será su mejor refuerzo. Le siguen en el escalafón Perera, un seguro de gol, y Canobbio, por su clase y su internacionalidad, pero obtener por ellos un buen traspaso parece complicado.

Carestía

Por contra, una plantilla el próximo ejercicio con los Lequi, Pinto, Guayre, Rosada y compañía se antoja muy cara para los recursos que pueda generar el Celta. Si esta temporada el club consignó un gasto en sus profesionales de 13,8 millones de euros, resulta fácil adivinar que entre los trece supervivientes por contrato superan los cinco millones de euros en fichas, lo que le crea al club -en caso de quedarse en Segunda- un doble problema: atender sus pagos e hipotecar la confección de la plantilla del futuro si es que la sociedad decide apretarse el cinturón para ajustarse a sus ingresos. Solo con una inyección económica, por ejemplo el ascenso, sería posible mantener un nivel tan alto en cuanto a salarios.