Hace tiempo que en el campus no se veía una clase tan llena. Ni siquiera la archifamosa y reconocidísima bióloga Lynn Margulis llenó tanto el salón de actos de la Facultad de Ciencias del campus de Vigo. Pero el trabajo crea ansiedad entre los universitarios de último curso. Saben que los apuntes, los exámenes y las tardes al sol del campus se acaban. Delante: el abismo del trabajo.
Y de ahí la inquietud, que hizo que ayer se habilitase una segunda sala para que los asistentes a la séptima edición de Forumemprego universitario pudiesen seguir a través de una pantalla y unos altavoces de sonido nefasto las charlas del salón central del foro.
Desde allí llegaban mensajes tranquilizadores para quien se enfrenta a la aventura de encontrar un primero trabajo. Mientras el delegado provincial de Trabajo formulaba el Galicia va bien para asegurar que el paro ha bajado cinco puntos en tres años para quedarse en un 7,5% de la población activa, el delegado del Instituto de Empleo de Portugal, Avelino Leite, se entregaba al ejercicio de optimismo para asegurar que en los próximos años el norte luso se convertirá en un paraíso para los trabajadores cualificados. «Tenemos cada vez más empresas tecnológicas en Arcos de Valdevez y Ponte de Lima, mientras se desarrolla una industria ligada a las nuevas energías en el entorno de Viana, donde se construyen torres eólicas, y en el de Póvoa, donde se busca energía en las mareas».
Y de toda esa reflexión teórica, ¿qué les queda a los alumnos? «Lo que queremos es aprender a hacer un currículum y conocer las experiencias de gente que salió otros años y encontró trabajo, para ver qué podemos hacer nosotras», resumen un grupo de estudiantes de ingeniería, antes de entrar a la clase más llena que recuerda la facultad de Ciencias del campus.