Las experiencias mágicas vividas por el arqueólogo Pablo Novoa

Xulio Vázquez

VIGO

Utilizó la ayuda de un parasicólogo y se valió también de un péndulo para descubrir valiosos petroglifos en Galicia y Portugal

04 feb 2008 . Actualizado a las 11:30 h.

En los 25 años de trabajo de campo que lleva realizado el prestigioso arqueólogo Pablo Novoa Álvarez (natural de Lugo y afincado en Vigo) en distintos países, como España, Portugal, Estados Unidos, Perú, Bolivia, Venezuela y Colombia, entre otros, ha vivido una serie de historias que él mismo dice que rozan lo «paranormal». Dieron pie a uno de sus libros Kuayu: Mis experiencias en el mundo mágico de la arqueología.

Recuerda que hace siete años en la zona del Orinoco dentro de una cueva le sorprendió un rayo de sol en forma de flecha, que da pie a la leyenda de Amaribaca, de unos antiguos indios de Venezuela. Narraba la tradición de que un dios blanco llegaba en un barco y les salvó de la gran inundación, en referencia la diluvio.

En una expedición que hizo al mencionado lugar, junto con otros arqueólogos, descubrió las pinturas y los grabados que esa leyenda. «Lo curioso es que un rayo de luz entró por la cueva, iluminando los grabados y causando un efecto de gran belleza plástica, con gran sorpresa para mí. Me di cuenta de que estaban hechos para ser vistos de esa manera y en unas fechas muy concretas», argumenta.

También en el Orinoco, procesando unos petroglifos, concretamente en la zona venezolana de Caicara, acompañado del alcalde local y dos arqueólogos, le pidió a un guía que le trajera agua en un cubo para echársela a los petroglifos antes de tomar una foto. Lo cierto es que se resbaló de una roca y en vez de caerse se quedó como pegado a ella ante la sorpresa de todos los allí presentes. Asegura que todavía hoy no comprende esa especie de fuerza extraña que lo sujeto, hasta que lo pudieron rescatar.

Doble visión

Otro fenómeno curioso que le sucedió fue cuando logró fotografiar la duplicidad del pico Badile en una montaña de Capodiponte en Valcamonica (norte de Italia). Es un lugar de los más ricos del mundo en petroglifos, en el que hay restos de hasta siete culturas distintas. Pablo Novoa dice que tal vez acudieron atraídos por el atractivo de esa montaña. «Tuve la suerte de reflejar con mi cámara fotográfica esa visión duplicada del pico montañoso que se refleja en el cielo, aunque solo se produce en dos épocas del año y con el sol saliendo detrás de la colina y la proyecta hacia arriba, pero resulta misterioso», explica.

Dotes paranormales

Asimismo, admite que se valió de José Sanromán, un vigués al que le atribuye ciertas dotes que rayan lo paranormal. Lo cierto es que con su ayuda descubrió interesantes restos arqueológicos (petroglifos) tanto en Galicia como en Portugal. En el vecino país, asegura que pueden dar fe de ello reconocidos arqueólogos y científicos portugueses. Sanromán mandó excavar en un sitio determinado y los encontramos. «Gracias a esta experiencia me animé a usar también el péndulo y no por gusto, sino por el conocimiento de algunos estudios que versaban sobre ello y puedo citar a países como Inglaterra o la extinta Unión Soviética, además de Estados Unidos, Francia o Japón», señala. Dice que estaban utilizando el péndulo para descubrir lugares donde podría haber monumentos. Se supone que hay ciertas líneas magnéticas que cruzan la tierra y que ya las conocían antiguamente, por lo que era la razón de que construyesen ahí sus monumentos, principalmente megalíticos.

Pablo Novoa es consciente de que hay arqueólogos que aún se resisten a aceptar este tipo de teorías. Sin embargo, pone como ejemplo a algunas universidades americanas en las que ya aceptan las tesinas de graduación cuando presentan trabajos de arqueología que se basan en investigaciones psíquicas. También afirma que la comunidad científica inglesa las aprueba. No sucede lo mismo en España, donde sigue habiendo ciertas reticencias.