Motín en la línea Vigo-Gondomar

VIGO

Un grupo de afectados, «fartos de non ter un servizo en condicións» protagonizaron una singular protesta «porque non nos deixan chegar co autobús ata a estación».

02 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

A tan sólo treinta kilómetros de A Guarda, donde ningún usuario ha utilizado en sus seis meses de vida la estación de autobuses-porque está a dos kilómetros del centro, los vecinos de Gondomar sufren a diario la otra cara de la moneda.

Y es que, aunque los autobuses de la empresa ATSA que salen de Vigo llegan hasta la estación gondomareña, los vecinos que se hayan subido en la terminal olívica o en las paradas de esta ciudad (Gran Vía o Avenida de la Florida 18) no pueden concluir el trayecto. La situación, por «absurda y paradójica» que parezca, como explican los usuarios, es una constante desde hace más de una década. «Un conflicto de concesiones entre las empresas ante el que la Administración no actúa», señalan, convierte algunos de los viajes en verdaderas odiseas.

Un colectivo vecinal «farto de non ter un servicio público de transporte en condicións», decidió ayer hacerle frente al problema. Salieron en el autobús de la una de la tarde de Vigo y, unos tres cuartos de hora después, al llegar a Mañufe, protagonizaron un respetuoso motín para reclamar «un servizo de calidade».

En esta, su última parada, por haberse subido en Vigo, terminaba su viaje, a dos kilómetros del centro y, sin siquiera poder optar al truquillo de bajar por detrás y subir de nuevo. Esta opción, es sólo para los usuarios que estuvieran en la parada y, por diez céntimos, compren el correspondiente billete para llegar a la terminal o, para los que se hubiesen subido entre Vigo y Mañufe.

Once

Eran once los representantes de esta reclamación vecinal pero, «porque consideramos que é unha reivindicación de xustiza», acompañaron en su protesta los otros tres viajeros que llegaron hasta la parada de la discordia.

Casi hora y media de negociaciones con la intermediación de la Guardia Civil incluida. Los viajeros explicaron a las fuerzas de seguridad, sin apearse en ningún momento del autobús, las reivindicaciones que motivaron su movilización. Media hora después y, mientras unos agentes regulaban el tráfico en la zona, otros recogían las filiaciones de los usuarios.

La protesta transcurrió con absoluto respeto entre las partes, a la vez que otros vecinos de la zona se reunían en las inmediaciones para apoyar sus demandas. «La parada está en un cruce y no hay aceras, nos obligan a ir andando, llueva o truene y, además, sin zonas de paso», explicaban.

El siguiente trámite se cumplimentaba poco antes de las tres de la tarde, cuando los usuarios dispusieron de las hojas de reclamaciones en las que dejaron constancia unánime de la situación: «No nos permiten llegar a Gondomar desde Vigo, a pesar de que ese es el itinerario que anuncia el propio autobús, quisimos bajar en Mañufe para volver a subir pero, tampoco nos dejaron». Sólo entonces los usuarios desalojaron el autobús y, por obligación, continuaron su peregrinaje hasta el centro.

Entre los afectados, tantas historias como días llevan soportando la situación. El episodio que tuvo que vivir uno de ellos recientemente fue el detonante de esta protesta. La joven, con una situación de movilidad reducida, tuvo que apearse en Mañufe e ir andando hasta el centro, porque venía desde Vigo. Ayer también tuvo que recorrer un duro trayecto para intentar evitar que se repitiera y subió al autobús más adelante. De nuevo paró en Mañufe pero, esta vez lo decidió voluntariamente para apoyar la protesta y, sólo después, continuó viaje.