La contaminación por plomo se expande por la ría de Vigo

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Las mareas y las corrientes del río Oitavén redistribuyen el metal

28 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El problema se conoce desde hace años y se ha identificado y localizado perfectamente. Pero sigue ahí, al fondo de la ensenada de San Simón, donde se concentra una elevada cantidad de plomo en los sedimentos que tiene su origen en los residuos de la antigua fábrica de cerámica de Pontesa. Solo que el metal no permanece inmóvil, sino que las mareas vivas y, sobre todo, las crecidas de invierno del río Oitavén arrastran el material contaminante, bien disuelto en el agua o en pequeñas partículas, al resto de la ría de Vigo desde el estrecho de Rande.

Este proceso, desconocido hasta ahora, acaba de ser revelado por un equipo de científicos del Instituto de Investigacións Mariñas (CSIC) y de la Universidade de Vigo en un trabajo pionero publicado en la revista Scientia Marina en el que se estudiaron los intercambios de materiales tierra-océano y se hicieron análisis de agua con técnicas ultraprecisas para detectar los contaminantes.

«Hasta ahora se sabía que el plomo estaba ahí y estaba controlado, pero lo que aporta el trabajo es que la contaminación se está moviendo», explica el responsable de la investigación, Ricardo Prego. La cantidad de plomo que se ha localizado en la ría no es mucha, apenas 0,2 miligramos por metro cúbico, pero existe el riesgo de que a partir del foco inicial esta cantidad vaya aumentando en distintos puntos de la ría. «La tendencia -precisa Prego- es que se acabe distribuyendo por toda la ría, porque las mareas no paran y el río Oitavén tiene un ciclo de crecida anual».

Lo que todavía se desconoce es qué efectos tendrá sobre el medio una mayor concentración de plomo, ya que para ello será necesario realizar estudios de ecotoxicidad. En principio, este metal es asimilado por el plancton y, a partir de ahí, se introduce en la cadena trófica.

Descontaminación

Lo que deja claro el estudio es que, conocido el foco de contaminación, urge encontrarle una solución que pasa por descontaminar la zona afectada. «Habrá que ver qué tipo de actuación se puede llevar a cabo en la ensenada de San Simón para que la contaminación no afecte al resto de la ría», subraya Prego.

Los investigadores también analizaron otros metales como el zinc y el cadmio, aunque en este caso no observaron elementos preocupantes.

«Hasta la publicación de este artículo -apunta el investigador- no se sabía cómo (disuelto o particulado), en qué cuantía y qué controlaba la redistribución de plomo, cadmio y zinc en la ría de Vigo. Además, dado que el cadmio y el plomo llegan a ser perjudiciales para los seres vivos es importante llegar a entender sus procesos de transporte. Saber cómo se produce el intercambio de estos elementos permite disponer de información para una mejor gestión de la zona».

La presencia de plomo en San Simón tiene su origen en los barnices de silicato de plomo que se utilizaban para recubrir las piezas de cerámica de la antigua fábrica de Pontesa.