Científicos gallegos patentan lentes para curar las infecciones de los ojos

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN/LA VOZ.

CIENCIA

La liberación del fármaco a través de lentillas medicadas es más eficaz y segura que la administración de colirios

30 nov 2010 . Actualizado a las 02:38 h.

El ojo no quiere al colirio. Lo rechaza. Hasta el punto de que solo entre el 2% y el 10% de la dosis del fármaco logra entrar en el glóbulo ocular y ejercer su efecto terapéutico contra las patologías oculares. Es un tratamiento mejorable, pero de momento es el más utilizado, aunque un grupo de investigadores gallegos trabajan en una alternativa viable y más eficaz: las lentes de contacto medicadas. De lo que se trata es de liberar el medicamento de una forma controlada en el fluido lacrimal a través de lentillas, con lo que se lograr una mejor dosificación y un efecto más prolongado, una tecnología por la que han conseguido dos patentes internacionales y que es válida tanto para las infecciones oculares convencionales como para el tratamiento de dolencias como el glaucoma.

El grupo de I+D Pharma de la Facultad de Farmacia de la Universidade de Santiago trabaja en dos opciones para conseguir el mismo fin. En una se modifica la estructura de la lentilla mediante una técnica de moldeado molecular por la que se crean receptores específicos para el fármaco y que hacen posible una cesión controlada y progresiva del ojo, con un efecto mucho más duradero que el de un colirio convencional. El desarrollo de este método se ha llevado a cabo en colaboración con la empresa japonesa Menicon Corporation, que se encargó de probar las lentes medicales en animales de experimentación.

El segundo procedimiento, que se lleva a cabo en colaboración con un equipo de la Universidade de Coimbra y por el que se ha interesado una empresa francesa, consiste en la impregnación de lentillas convencionales que ya se encuentran en el mercado, con el fármaco que se requiera en cada caso concreto, mediante una técnica conocida como impregnación con fluidos supercríticos. Así, las moléculas terapéuticas se introducen en la matriz de la lente disueltas en dióxido de carbono en condiciones de presión y temperatura supercríticas. La ventaja en este caso es que no es necesario modificar la estructura de las lentillas, sino que se pueden utilizar cualquiera de las que ya existen, independientemente de la graduación que tengan.

Negociaciones

Este método todavía no se ha patentado porque se está pendiente de las negociaciones que se mantienen con la empresa francesa.

Ambas alternativas suponen, en cualquier caso, un avance con respecto a la administración convencional del colirio de forma directa en el ojo. «La ventaja de las lentes medicadas es que te permiten mantener un nivel de fármacos más alto y sostenido en el tiempo que un colirio, con lo que el efecto es más prolongado y más eficaz para el tratamiento de las patologías», explica Carmen Álvarez, la investigadora principal del proyecto, junto con Ángel Concheiro.

La terapia con lentes medicadas podría estar indicada para personas con ciertas patologías oculares, independientemente de que utilicen o no lentes de contacto para corregir su déficit de visión. «Las personas que no las necesitan -señala Álvarez- las podrían utilizar como vendas oculares sin graduación, con la única función de liberar el fármaco en el ojo».

El efecto del principio terapéutico puede prolongarse durante uno o incluso varios días, a diferencia de lo que ocurre con los colirios tradicionales, que tienen que administrarse de forma repetida para lograr la finalidad terapéutica.