Las terapias no farmacológicas son las más eficaces contra el alzhéimer

Alejandro Posilio MADRID/LA VOZ.

SOCIEDAD

Un estudio internacional revela que mejoran significativamente la vida de los pacientes y de los cuidadores

11 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las terapias no farmacológicas para tratar el alzhéimer son más eficaces que los medicamentos. Así lo asegura un estudio realizado por 22 prestigiosos científicos internacionales, coordinados por un equipo español. Este descubrimiento puede resultar de gran importancia para los 36 millones de personas que padecen esta enfermedad en el mundo, de los que entre 700.00 y 800.000 son españoles. Las medicinas que existen en la actualidad para combatir este mal son escasas y tienen efectos muy limitados. Los expertos aseguran que no se prevé una cura a largo plazo para esta dolencia, pero han demostrado que las terapias no farmacológicas tienen un abanico muy amplio de efectos positivos. Entre estos, destacan que mejoran dominios como la cognición, la conducta o el estado de ánimo, reducen la carga del cuidador y evitan o posponen el ingreso en residencias. También reducen los costes de los cuidados. Bajo estas afirmaciones, un equipo internacional de investigadores extranjeros y españoles comenzaron hace cinco años un estudio, que ha sido coordinado por la Fundación española María Wolf. Tras revisar 1.313 trabajos científicos previos, han llegado a la conclusión de que la estimulación cognitiva, las intervenciones con música y las conductuales, así como el ejercicio físico y las intervenciones multicomponente, tanto para el paciente como para el familiar cuidador, entre otras técnicas, son más eficaces que los fármacos. Este trabajo fue presentado ayer simultáneamente en Madrid, Nueva York, Múnich, Hong Kong y Londres. Según afirmaron ayer en rueda de prensa los neurólogos Javier Olazarán y Rubén Muñiz, coordinadores del estudio, «los programas de estimulación cognitiva, el entrenamiento en actividades de la vida diaria y la intervención conductual (realizada para modificar el entorno que produce rupturas bruscas) producen beneficios más amplios y completos en estos enfermos que los fármacos actuales. Asimismo, aclararon que otras terapias, como el ejercicio físico, la psicoterapia, la estimulación electrónica transcutánea, la relajación y la acupuntura, también son intervenciones que mejoran la situación del paciente, aunque de forma secundaria. Según estos expertos, ningún fármaco ha podido demostrar beneficios tan variados sobre los enfermos, y todo ello sin efectos secundarios. Y estos aspectos positivos son independientes de que los pacientes tomen o no los fármacos antialzhéimer habituales. Es más, aseguran que la actuación combinada de ambos es posible que aumente la eficacia de las terapias no farmacológicas. Sin embargo, se sorprenden de que, a pesar de que consigan mejores resultados, estas terapias sean menos conocidas y se invierta tan poco en desarrollarlas. A su juicio, deberían recetarse como si fueran fármacos y deberían ser cubiertas por la sanidad pública. De hecho, el estudio considera prescriptibles por los especialistas los denominados programas de asesoramiento y apoyo al cuidador, que parte de una valoración amplia del paciente y su entorno familiar, y ponen en marcha una actualización individualizada de educación y uso de recursos, tales como grupos de cuidadores y centros de día. Para Emilio Marmaneu, presidente de la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias, esta terapias no son teóricas, se basan en la realidad y ya están puestas en práctica en algunos centros de día.