Un investigador podrá acceder a la estabilidad laboral en nueve años

SOCIEDAD

La normativa aún deja en el aire cómo se conseguirán los objetivos y no concreta el presupuesto necesario

27 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La música suena bien, pero le falta la letra. Al menos esta es la impresión de las distintas asociaciones de investigadores ante el borrador de la ley de ciencia que ha iniciado su recorrido esta semana con la presentación del texto a los grupos parlamentarios y a las comunidades autónomas. El proceso de consultas culminará el 12 de marzo con la aprobación del anteproyecto por parte del Consejo de Ministros y, a partir de ahí, iniciará su trayecto parlamentario. La legislación atiende, en principio, a una de las grandes reivindicaciones de los investigadores: la definición de la carrera investigadora, lo que abre la puerta a la estabilidad profesional de los científicos.

La normativa propone que en nueve años un estudiante de doctorado pueda alcanzar la estabilidad profesional de forma indefinida, bien como funcionario o como personal laboral, siempre que supere todas las evaluaciones a las que será sometido. La carrera se iniciará con los cuatro años de doctorado en la que los científicos tendrán un contrato laboral, con todas las garantías, desde el principio. Superada esta fase podrán acceder a un contrato posdoctoral de cinco años de duración en el que tendrán que someterse a dos evaluaciones (a los 3 y 5 años). Si las superan entrarán en el sistema español de ciencia y tecnología. Lo que no queda muy claro son los requisitos que tendrán que cumplir los científicos para acceder a esta última prestación, aunque fuentes del Ministerio de Ciencia apuntan a que serán similares a las que se piden para los aspirantes a los contratos Ramón y Cajal, en la que también puntuarán las estancias de formación en el extranjero. Esta figura serán sustituida por el denominado contrato de acceso al sistema español de ciencia y tecnología. Lo que se desconoce es si esta opción afectará también a las modalidades que existen en las comunidades, como el Parga Pondal en Galicia, algo que tendrá que ser discutido con los representantes de las comunidades.

«En el mejor de los casos, un investigador podrá alcanzar una estabilidad a los nueve años», según apuntan fuentes del Ministerio de Ciencia. En la actualidad pueden pasar incluso hasta 15 años para lograrla, si finalmente se consigue.

Memoria económica

Desde el ministerio aseguran que la normativa será de carácter universal, lo que significa que amparará a todos los investigadores del sistema público, tanto de las universidades, como de la sanidad, del CSIC o de los demás centros públicos de investigación. En este punto difiere la Federación de Jóvenes Investigadores, que también denuncia que para acceder a un contrato predoctoral no basta con estar licenciado, sino que será necesario un máster. «No podemos -apunta Solomón Aguado, portavoz de la entidad- permitir que la ley sea un parche, o que deje lagunas por las que se pueda instalar la precariedad que ya está introducida en el actual sistema y que hay que erradicar». Los investigadores lamentan que la ley no incluya una línea de financiación para abordar las mejoras propuestas, pero desde el ministerio afirman que sí incorporará una memoria económica cuya cuantía aún se perfila.