Críticas de los aspirantes al carné de moto por la dureza del examen

SOCIEDAD

Algunos alumnos han sufrido fracturas al caerse en las prácticas o en la prueba en circuito cerrado. Vídeos del examen del carné de moto: Parte I | Parte II

30 nov 2009 . Actualizado a las 12:52 h.

Alumnos que se caen haciendo las prácticas al límite, personas desesperadas que no son capaces de aprobar tras numerosos intentos, quejas por la excesiva rigurosidad de los examinadores, por el importante desembolso económico que suponen las nuevas normas... Las pruebas para obtener el permiso de conducir de clase A, que habilita para llevar motocicletas de hasta 15 caballos de potencia, están provocando un aluvión de protestas ante una situación que a la mayoría se le antoja disparatada.

Los cambios introducidos a finales del año pasado endurecen el examen en circuito cerrado hasta niveles nunca vistos. Los aspirantes tienen que cubrir dos tramos: uno lento, en el que hay que circular entre dos planchas paralelas, sortear varios jalones y cambiar de primera a segunda, antes de frenar en un punto establecido; y otro rápido, que implica zigzaguear entre una hilera de conos, hacer un cambio de sentido de 180 grados y acelerar a tope para no superar un límite de tiempo de 25 segundos. Es en este punto donde coinciden la mayoría de las quejas. «Hace seis años que circulo en moto de 125 centímetros cúbicos, me considero una persona prudente y no me gusta correr -explica Esperanza-. Ahora he decidido sacarme el permiso para conducir motos de mayor cilindrada, pero la DGT me considera no apta porque en la parte rápida del examen práctico no corro lo suficiente». A su juicio, «lo que deberían hacer es endurecer las multas contra los conductores borrachos y suicidas y arreglar las carreteras, en vez de sacarnos el dinero». Rudi, otro afectado, apunta su particular teoría de la conspiración: «Se han dado cuenta de que si limitan la ejecución del circuito a 25 segundos no aprueba ni el 30% de los que se presentan, con lo que las autoescuelas ganan muchísimo más, se aumenta la recaudación de tasas y consiguen la total frustración de la gente, que paga por este carné más que por el de coche».

Para optar al permiso A hay que abonar 85 euros a Tráfico y unos 120 a la autoescuela en concepto de matrícula. Luego están las clases prácticas, a 16 euros cada una (se dan entre cinco y veinte, dependiendo de la pericia del alumno). El día del examen se tarifa igual que una clase, pese a que apenas dura cinco minutos. Si suspenden dos veces, los aspirantes deben volver a pagar la matrícula y la tasa de Tráfico... Al final, el carné puede salir por cerca de 1.000 euros.

Muchos consultados contrastan esta situación con la de los conductores de microcoches, que no pasan examen alguno ni tienen carné, y, por tanto, tampoco pueden quitarles puntos si cometen una infracción.

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