El CSIC predice las truchas que tendrá un río según su caudal

SOCIEDAD

El método científico para controlar las poblaciones sirve para regular los cupos y gestionar la cuenca

09 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Cuántas truchas habrá en un río la próxima temporada? ¿Será una buena o una mala campaña? Los pescadores tienen una cierta intuición para conocer cómo se les presentará el año, pero ahora existe un método totalmente objetivo, científico y, sobre todo, certero para determinar la dinámica de las poblaciones de salmónidos. Basta con medir el caudal de un río a finales de marzo y aplicar un modelo de ecuaciones matemáticas para predecir cuántas truchas vivirán en él en el futuro, lo que aporta también una herramienta fundamental y objetiva, que hasta ahora no se poseía, para regular el cupo de capturas y aplicar una gestión sostenible a las cuencas.

Este nuevo mecanismo científico que determina el número de salmónidos ha sido probado con éxito por el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) Javier Lobón-Cervia, que ha trabajado durante 23 años para desarrollar y probar el modelo en el río Chaballos, en la cuenca del Esva (Asturias). «El método funciona perfectamente», asegura el científico, que ha publicado sus resultados en la revista científica Freshwater Biology y que asegura que también puede ser extrapolable al resto de los ríos cantábricos, incluidos los de Galicia. «El patrón general -explica- es el mismo». Lo que se ha demostrado es que son los factores ambientales, fundamentalmente el nivel de agua aportada por la lluvia en primavera, los que determinan la mayor o menor presencia de salmónidos en un río. La otra gran teoría apuntaba a que los peces poseen mecanismos endógenos que les permiten regular las poblaciones de forma natural como respuesta a una menor demografía en un momento determinado . «Todo depende de la cantidad de agua, es la clave», apuntala Lobón-Cervia.

Si el caudal es pequeño, las poblaciones disminuirán su tamaño, ya que los alevines no tendrán el espacio necesario para sobrevivir, tanto para alimentarse como para gozar de un nivel de oxígeno adecuado. Si es abundante, la campaña tampoco será buena, porque una excesiva velocidad del agua arrastra a los alevines. Por contra, si el caudal es medio, alrededor de 40 hectómetros cúbicos, el número de juveniles se maximixa porque el espacio útil del río para las larvas de los peces es el adecuado. Otro aspecto que determina la abundancia de salmónidos, aunque en menor medida que la cantidad de agua, es la temperatura, que regula el llamado arroyo embrionario, los dos meses que los huevos fecundados permanecen en el caudal.

«Simplemente midiendo el río a finales de marzo -explica el investigador- somos capaces de predecir cuántas truchas va haber dentro de seis meses, de dos años, cuántas hembras se van a reproducir, cuántas se deberían pescar. Tenemos controlada a toda la población».