Un estudio destaca que las bebidas energéticas azucaradas estimulan el cerebro pero no la fuerza física
SOCIEDAD
El cuerpo humano es capaz de generar suficiente combustible en forma de glucosa para mantenerse a sí mismo aproximadamente durante una hora
16 abr 2009 . Actualizado a las 11:48 h.La publicidad engañosa de numerosas marcas de bebidas energéticas ha hecho creer a los consumidores que tomando una o dos botes de estos productos los músculos están listos para cualquier batalla. La realidad es que un cuerpo cansado no se beneficia en absoluto de estas pócimas. A lo sumo, la bebida engaña al cerebro con una ráfaga de inspiración que mantiene a la persona motivada por un periodo corto de tiempo.
En un amplio estudio publicado por 'Journal of Phycology', investigadores de la universidad de Birmingham han llegado a la conclusión de que las bebidas energéticas azucaradas activan las zonas de recompensa y placer en el cerebro, un estímulo que se puede traducir en un mejor rendimiento general. Estas virtudes no las tienen los tradicionales refrescos artificialmente azucarados.
Voluntarios que tomaron las bebidas energéticas azucaradas fueron capaces de completar sesiones de ejercicios físicos un 2% más rápido que aquellos que los que se limitaron a beber refrescos artificialmente azucarados, además de mejorar la potencia de su desempeño.
«Estamos sugiriendo la existencia de un modelo director central por el cual el cerebro controla el rendimiento físico administrando el flujo neuronal a los músculos que realizan un ejercicio», afirma Ed Chambers, uno de los investigadores. Chambers decidió probar esta teoría después de que otro estudio realizado en 2004 descubriera que las bebidas energizantes mejoraban la respuesta del cuerpo incluso en periodos cortos de actividad física.
Intuitivamente, esto tiene sentido pero no desde el punto de vista psicológico.
Subidón
El cuerpo humano es capaz de generar suficiente combustible en forma de glucosa para mantenerse a sí mismo aproximadamente durante una hora. Por lo tanto, en espacios cortos de actividad, las bebidas energéticas no deberían tener ningún efecto en el rendimiento. Cualquier carbohidrato que se añada a una bebida sería útil solamente tras varias horas de actividad, justo cuando el cuerpo necesitara utilizar la glucosa almacenada, conocida como glucógeno, para transformarla en energía. Pero los participantes en el estudio mostraban una y otra vez ser más rápidos y tener más potencia en sesiones que duraban 60 minutos o menos. ¿Era todo producto de un subidón de azúcar de las bebidas que estaban tomando?
Para responder la pregunta, Chambers reunió a dos docenas de ciclistas y los puso a pedalear en su laboratorio. A un grupo les dio una bebida azucarada y a otro una bebida artificialmente azucarada. Luego formó un tercer grupo, les dio las mismas soluciones y miró sus cerebros a través de un escáner para ver si reaccionaron de forma similar a las dos bebidas.
Para su sorpresa, la respuesta fue distinta. Los voluntarios que tomaron una bebida azucarada mostraron actividad en las áreas del cerebro de recompensa y placer, mientras los de las bebidas artificialmente azucaradas no registraron ningún cambio. Chambers cree que esta activación del cerebro es lo que explica el efecto en la mejora en el rendimiento de las bebidas energéticas azucaradas en sesiones cortas de ejercicios. Su trabajo sirve para apoyar la idea de que el cerebro juega un papel crucial en estimular al cuerpo para conseguir un rendimiento óptimo.