«Si vieran una foto de Eluana en la actualidad, muchos se callarían»

María Signo

SOCIEDAD

La Fiscalía de Udine ?ha ordenado la autopsia ?y una investigación ?que aclaren las causas reales de la muerte

11 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La muerte de Eluana Englaro no ha aplacado la polémica en Italia, que ahora debate si su muerte fue natural o forzada. Serán la autopsia y la investigación ordenada ayer por la Fiscalía de Udine las que aclaren los motivos de la muerte de la mujer, en estado vegetativo desde 1992 y a la que se le retiró la alimentación y la hidratación el viernes pasado. Para Marinella Chirico, periodista de la RAI, Eluana Englaro estaba «irreconocible» respecto a las fotos que se han mostrado en los medios. La periodista pudo visitarla el domingo en la clínica La Quiete, de Udine, invitada por sus padres. «Eluana era exactamente como uno puede imaginar una mujer en estado vegetativo desde hace 17 años: absolutamente irreconocible respecto a las fotos. Un persona completamente inmóvil que los enfermeros tenían que girar cada dos horas para evitar que el cuerpo se llagase. Las orejas tenían lesiones porque es la única parte que no puede moverse. Era una situación devastadora, con un impacto emotivo muy fuerte». A Marinella Chirico, que pasó tres horas en la habitación de Eluana, se le pidió que visitase a la enferma porque «las críticas eran feroces y crueles, poniendo en duda el estado real de Eluana. La polémica crecía y el padre, Giuseppe, estaba profundamente herido y angustiado por que nadie le creyera cuando afirmaba que su hija estaba en condiciones desesperantes. «Si vieran una foto de Eluana en la actualidad, muchos se callarían», dijo ayer. Según él, la mujer pesaba, en el momento de su muerte, apenas 40 kilos, tenía las piernas y los brazos encogidos, y el estómago atrofiado.

La familia, entonces, buscó el testimonio de un profesional de la información, al tiempo que persona de confianza, ya que Chirico seguía el caso desde hace varios años. La polémica ayer en Italia se centró en una presunta aceleración de la muerte de Eluana. Los médicos que la atendían habían calculado que el fallecimiento tendría lugar al cabo de unas dos semanas, dado el «buen estado» en el que se encontraba la mujer. Para el neurólogo de Eluana, Carlo Alberto Defanti, el fallecimiento se debió a «una crisis que surgió de improviso». Estas afirmaciones han provocado dudas sobre la aplicación correcta del protocolo de desconexión, sobre todo entre los que defendían que se mantuviese en vida a la mujer. Para Franco Cuccurullo, presidente del Consejo Superior de Sanidad, «ha habido una aceleración increíble, inconcebible, justo cuando el Parlamento estaba trabajando».

La Conferencia Episcopal echó más leña al fuego al afirmar que la muerte de Eluana «no ha sido natural; la ha matado quien la ha privado de comida y agua». Otros especialistas, como la neuróloga Rita Formisano, prefieren ser cautos explicando que los pacientes en estado vegetativo «son muy frágiles y [están] expuestos a eventos imprevisibles».

Será la autopsia la de diga la última palabra sobre las causas de la muerte de Eluana. La familia ha decidido la incineración de los restos mortales, que serán depositados junto a los de su abuelo en Paluzza, una localidad cercana a Udine. No tendrá lugar ninguna ceremonia religiosa, tan solo una bendición.