El Gobierno aplaza la reforma de secundaria

María Signo

SOCIEDAD

14 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El Gobierno italiano aplazó esta semana hasta el 2010 la aplicación de la polémica reforma escolar relativa a la educación secundaria. Fue el triunfo de la movilización de miles de estudiantes y profesores contra la reforma y los recortes financieros a la universidad. El líder del Partido Demócrata, Walter Veltroni, dijo que «docentes, estudiantes y padres, que dieron vida al gran movimiento, tenían razón».

En Italia los jóvenes se mueven. L'Onda (La Ola) es el movimiento que recoge el malestar. Lo que empezó como una protesta estudiantil más contra el Gobierno de Berlusconi ha desencadenado la toma de conciencia de un grupo social que cuenta muy poco para la clase política más anciana de Europa. La principal exigencia del movimiento es una auténtica reforma de la Universidad, una institución en muchos casos gobernada por barones que se reparten las cátedras a través oposiciones manipuladas y que han puesto al borde de la quiebra las cuentas de muchas de ellas. El intento de la ministra de Educación, Mariastella Gelmini, de recortar indiscriminadamente fondos a las universidades fue el detonante de la protesta. Facultades ocupadas, clases delante del Parlamento, marchas pacíficas... y, sobre todo, la idea de ser un movimiento independiente que huye de la manipulación de los partidos políticos. Son las señas de identidad de L' Onda. Ante la presión, la ministro Gelmini no ha tenido más remedio que dar marcha atrás y abrirse al diálogo para llevar adelante su reforma de la universidad.

Pero la vida de los jóvenes en Italia no es fácil. Asaltados por la televisión berlusconiana, cuyo ideal es el triunfo fácil, la realidad es una dura carrera de obstáculos, sobre todo en el mundo del trabajo. Ni el título universitario es garantía de un buen trabajo. Son pocos los jóvenes que consiguen ejercer su carrera si no es a través de un mal típicamente italiano: la recomendación. En esta situación, la independencia de los jóvenes italianos es la más tardía de Europa (alto precio de los pisos, total ausencia de ayudas). También hay un componente sociológico. La propia familia: la mamma , sobre todo en las regiones del sur, no acepta de buen grado la independencia de los hijos. Son las chicas las primeras que se van de casa. Si las desafortunadas declaraciones del ex ministro de Economía, Tommaso Padoa-Schioppa, quien definió como bamboccioni (niñatos) a los jóvenes italianos, fueron muy mal acogidas, en el fondo al ministro no le faltaba razón.