Una colonia estacional atraída por las carroñas del abundante ganado mostrenco en esta época del año

La Voz

SOCIEDAD

15 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El naturalista y secretario de la Sociedade Galega de Ornitoloxía, Juan Carlos Epifanio, junto a sus colegas Adolfo Novegil y Javier González, presentó en el último congreso de dicha entidad el Informe sobre la presencia del buitre leonado en un área del Macizo Galaico Leonés, para el que reunieron 60 observaciones obtenidas entre los años 1992 y 2005 por diversos naturalistas y ornitólogos.

Epifanio dice que «la presencia de buitres es, cuando menos hasta ahora, puramente estacional. Están en primavera y verano, y desaparecen en otoño e invierno». Ya entonces definieron tres áreas de distribución: El norte de las provincias de A Coruña y Lugo, la zona meridional oeste en las Rías Baixas-Dorsal Gallega y la meridional este de Enciña da Lastra-Macizo de Trevinca.

Meridional

En esta última realizaron seguimientos y, tras comprobar concentraciones diarias de entre los 80 y 16 individuos, encontraron una buitrera en territorio castellanoleonés muy próximo a Galicia, pero no vieron nidos en los roquedos galaicos. En el nordeste portugués y Asturias también hay colonias de cría, lo que influiría en el aumento de las observaciones de buitres en Galicia y su futuro establecimiento. La saturación de colonias del norte de España pudo contribuir a la dispersión hacia Galicia. Los buitres han sido vistos en el período de marzo a octubre volando entre la Estaca de Bares y Lugo, desde la zona de Ferrol hasta Riotorto, por las sierras de la Faladoira y el Xistral. Estos naturalistas concluyeron que un hábitat con roquedo adecuado y sin persecución humana, el incremento de la disponibilidad de alimento tras la suelta de abundante ganado vacuno y equino por las montañas y unas condiciones climatológicas más agradables atraen a los buitres a colonizar temporalmente el área de Trevinca y a dispersarse hacia otras de Galicia. «Al buitre leonado no le agradan la lluvia, la bruma y la nieve, condiciones que durante el invierno se acentúan en el área donde se encontró la buitrera ourensana, con abundantes precipitaciones, nieblas, heladas y nevadas», señalan los autores del estudio.

A propósito del nuevo estudio del Fapas en Asturias, Epifanio dice que «la mortandad de buitres y otras aves en los parques eólicos es una desagradable realidad y lo que se haga para conocer los efectos negativos de los aerogeneradores, sin duda, nos vendrá bien».

Reserva europea

Según datos de la Sociedad Española de Ornitología, «solo en España se reproduce el 98% de la población europea de buitre negro (Aegypius monachus), el 94% de buitre leonado (Gyps fulvus), el 82% de alimoche (Neophron percnopterus) y el 66% de la población europea de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus». Los últimos censos hablan de entre 19.000 y 21.000 parejas de buitre leonado en España. Pueden desplazarse entre 50 y 70 kilómetros desde las colonias donde habitan. Los ejemplares no reproductores pueden visitar lugares muy alejados y utilizar dormideros lejanos. El pasado año se tuvo noticia del avistamiento de 200 buitres en Bélgica, que pudieron haber volado desde España. Venenos, colisiones y electrocuciones son las principales causas de muerte no natural de los buitres. Y la falta de disponibilidad de alimentos en los muladares provocó una crisis en la alimentación de aves necrófagas. Según algunos expertos, afectó a la productividad de las parejas. En los centros de recuperación de fauna de Castilla-La Mancha, Aragón o Valencia también hay un mayor número de ejemplares con síntomas de desnutrición.