«Ser así mola un montón, aunque mucha gente nos mire raro cuando vamos por la calle»

La Voz

A CORUÑA CIUDAD

28 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Pat tiene 16 años y es de Vigo. Se confiesa emo «de toda la vida» y asegura que para ella esto no es una moda. «Me molesta que no nos tomen en serio, porque existimos y no somos solo una pose, somos reales», afirma enérgica, y agrega: «Además de la ropa hay otras cosas que nos caracterizan, como la música y la forma de pensar».

«Soy emo desde hace tiempo, aunque a los 13 años comencé a rebelarme», continúa Pat, quien asegura que sus padres dejan que sea lo que ella quiera aunque en verano siempre se tienen que «aguantar» y vestir «como a ellos les gusta, porque son un poco pijos».

Los emos buscan alejarse de la violencia, pero están decepcionados de la vida «porque pasan muchas cosas malas que no podemos evitar», asegura Pat.

Para emogirl, vecina de A Coruña de 14 años, «esto de ser emo mola un montón». «Somos diferentes y nos distinguimos de los demás grupos, aunque nos miran raro cuando vamos por la calle, sobre todo las personas mayores», afirma emogirl.

«Nuestro fleco es una cortina para el mundo», asegura Guillermo, de 16 años, quien es emo «por convicción propia» y no se deja influenciar por el estilo gótico, como muchos piensan.

Otra característica de los emos es su maquillaje. «Yo normalmente me maquillo la cara un poco y los labios para que se vean pálidos, los párpados los llevo negros y me doy un poco de maquillaje bajo los ojos para que parezcan ojeras», afirma Guillermo, quien se queja de que no los respetan y deben «aguantar las burlas de los demás».

Pese a que se sienten continuamente deprimidos, no han pensado en hacerse daño, como sucede con emos de otros países. «Eso de cortarse es un mito. No necesariamente tenemos que cortarnos, eso sería como entender que todos los raperos fuman porros. Ser emo no es hacerse daño ni sufrir por todo», afirma Pat.

Guillermo comenta que solo llegó a lesionarse en una ocasión. «Fue por una ex, pero pienso que no vale la pena cortarse, no lo haría otra vez porque en esta vida todavía hay cosas que valen la pena como ser emo o tener amigos», concluye.