Corazones nuevos en cinco años

Rafael Herrero

SOCIEDAD

La investigadora estadounidense cree que sus ensayos con animales podrán trasladarse a humanos

16 feb 2008 . Actualizado a las 04:01 h.

Los expertos mundiales ya comparan su pionera iniciativa con el primer trasplante cardíaco o con la utilización de la penicilina. Se trata del trascendental proyecto de investigación liderado por la doctora norteamericana Doris Taylor, adscrita al Centro de Enfermedades Cardiovasculares de la Universidad de Minnesota, quien ayer presentó en Madrid ante la comunidad científica española y expertos internacionales el proceso de creación de un corazón artificial procedente de animales muertos -primero de ratones y luego de cerdos- con capacidad contráctil (es decir, de latir) a partir de células madre adultas.

Es la nueva era de la biomedicina cardiovascular, vaticinó el doctor Francisco Fernández Avilés, cardiólogo del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, en un simposio internacional auspiciado por la Fundación Ramón Areces.

La técnica utilizada por la doctora Taylor y su equipo consiste, básicamente, en vaciar el corazón de los cadáveres de los animales mencionados y, a partir de su esqueleto, implantar progenitores celulares (células madre adultas) del mismo animal. A juicio de la investigadora, cualquier órgano que reciba circulación puede ser objeto de este proceso, por lo que avanzó que los investigadores que dirige ya han comenzado a trabajar en la creación de otros órganos como el hígado, el riñón, el pulmón y el páncreas.

Su próximo paso, explicó la investigadora, se centrará en usar el esqueleto cardíaco de un cerdo para implantarle células progenitoras de humanos. ¿Su aplicación en fase clínica en humanos? La investigadora estadounidense la situó entre los tres y cinco próximos años, manejando previsiones optimistas y siempre que disponga de los recursos económicos necesarios.

Taylor explicó que en su brillante investigación no se producen efectos secundarios, ya que se aplica sobre modelos in vitro. Se trata de un «corazón aislado sometido a estimulación artificial». «Al segundo día de implantar las células madre -indicó- se empiezan a notar los primeros latidos. Al cabo de ocho días, se constata la aplicación eficaz en el órgano». Las posibilidades de este método son enormemente amplias, ya que pueden aplicarse a «cualquier órgano que tenga vascularización y vasos que lo irriguen, desde tejidos humanos hasta órganos».

Sin rechazos

Respecto a su eventual y futura aplicación en humanos, descartó que se produzcan rechazos, toda vez que la aplicación clínica de estos experimentos se realizará siempre con las células no embrionarias de los propios pacientes. Taylor comenzó a trabajar en terapia celular aplicada a los fallos cardíacos hace ya un decenio, cuando se comprobó que el miocardio humano lesionado (necrosis, rechazo, sobrecarga, etcétera) puede regenerarse a partir de células progenitoras. Como es sabido, la célula madre o troncal es aquella capaz de dividirse indefinidamente y diferenciarse a distintos tipos de células especializadas, no solo morfológicamente, sino también de forma funcional.

Las evidencias más recientes sugieren que las células madre residentes en el miocardio pueden estimularse e incrementar la regeneración posinfarto. Sin embargo, el mayor cuerpo de evidencia en este sentido indica que la pobre capacidad de regeneración natural que tiene el corazón puede ser estimulada mediante el trasplante de diferentes tipos de células progenitoras extracardíacas. Hace cerca de diez años que el grupo dirigido por Taylor fue pionero en la administración de progenitores celulares a pacientes con insuficiencia cardíaca y el estudio preclínico experimental de los diferentes tipos celulares. Ahora va más allá, al corazón de la vida.