Peores estudiantes no, diferentes

SOCIEDAD

Alumnos del instituto ourensano de O Couto realizaron las pruebas, que no tienen nada que ver con sus exámenes

05 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El año pasado cuarenta alumnos de 15 años del instituto ourensano de O Couto se encontraron en sus pupitres con un examen atípico. Por una vez no estaban nerviosos. Sus notas no iban a depender de las respuestas que dejasen plasmadas en el papel. Además, ni siquiera sabían que los resultados se convertirían en titulares un año después. Fue decisión del director del centro, Jorge Casalderrey, que no quería presionar ni a estudiantes ni profesores diciéndoles que el instituto había sido seleccionado para participar en la evaluación de conocimientos que promueven los países de la OCDE.

El 66% de las preguntas que se les plantearon a los alumnos ourensanos -también realizaron las pruebas estudiantes del Seminario Menor de la ciudad de As Burgas- tenían que ver con las ciencias, una de las tres áreas que se someten a evaluación. Y en este apartado, precisamente, los gallegos no han salido mal parados: están por encima de la media nacional.

Al margen de las valoraciones oficiales, la impresión en los pasillos del instituto es otra. La resume bien el máximo responsable del centro: «El resultado no es significativo porque los exámenes no se parecen en nada a los que hacen habitualmente. No es como en la selectividad, en la que los examinan de lo que han estudiado». Y es que el informe PISA no evalúa los conocimientos de los estudiantes sino su capacidad para aplicarlos a la vida real: «No es que nuestros alumnos sean peores. Simplemente es que aquí no lo hacemos como en otros países». Aún así Casalderrey recuerda que este tipo de pruebas se va a generalizar y que, por tanto, los profesores empezarán a formar a los alumnos para que sean capaces de resolverlas con éxito. «Tenemos que cambiar el chip», reconoce. La experiencia del director a pie de aula -es profesor de Física y Química- le ha demostrado que los estudiantes tienen tendencia a desligar la teoría de la práctica y precisamente contra ese divorcio intelectual intentarán luchar arropados por la nueva legislación educativa.

De lo que no quieren oír hablar en el instituto de O Couto es de las diferencias entre las actuales promociones y las que ahora descansan en las orlas. «No cabe duda de que la sociedad ha cambiado. Los niños dominan ahora otras herramientas mientras, por ejemplo, el nivel de lectura ha descendido», explica el director de O Couto, para el que siempre habrá estudiantes muy buenos, buenos y malos, al margen de los tiempos. Sociedad diferente, escolares diferentes. Quizás sus predecesores en los pupitres les ganasen a la hora de leer y comprender lo que leían pero Jorge Casalderrey asegura que gracias a los medios de comunicación o Internet los chavales han conseguido tener una amplia cultura. Recuerda también que a la hora de preguntarse en los institutos si cualquier tiempo pasado fue mejor hay que tener en cuenta que ahora estudia todo el mundo, incluidos los que no quieren hacerlo y que no están motivados. Su presencia en las aulas puede influir en la valoración del rendimiento global.

El informe PISA dice que los colegios gallegos no van del todo mal en ciencias y eso queda demostrado en este instituto: en las clases más numerosas de bachillerato mandan las matemáticas, la física, la química y las ciencias naturales.