España es el octavo país de la UE que más contamina por consumo de tabaco

Colpisa

SOCIEDAD

Nuestro país ocupa el puesto 12 entre los veintisiete por la efectividad de su legislación antitabaco y el 17 por el precio de las cajetillas.

30 oct 2007 . Actualizado a las 20:00 h.

La legislación contra el tabaco en España fue una «oportunidad perdida» para su prohibición total en lugares públicos cerrados, según algunas de las sociedades científicas del país. También para la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), quien se amparó en el estudio elaborado por la UE sobre las repercusiones del tabaco entre los países miembros que presentó este martes.

El informe refleja que somos el octavo país que más contamina a los ciudadanos y al medio ambiente con monóxido de carbono (CO) por el consumo de tabaco -Finlandia presenta la tasa más baja y Polonia la más alta--, ocupamos el puesto 12 entre los 'Veintisiete' en cuanto a la efectividad y calidad de nuestra legislación vigente -clasificación liderada por Irlanda y con Luxemburgo en el último puesto-- y estamos en el 17 del ránking europeo en cuanto al precio de las cajetillas.

Estas posiciones no del todo halagüeñas, recogidas en el informe 'Help-Comets' y la campaña «Por una vida sin tabaco» elaboradas por la UE, han aconsejado a los autores del estudio a instar a España a endurecer su legislación 'antitabaco' para «proporcionar una mayor protección a los no fumadores» y a elevar el precio de los impuestos de los cigarrillos, ya que la 17ª posición que ocupamos no es proporcional con el PIB actual del país.

Mayor fuente de contaminación

Según el macroestudio confeccionado por la UE, el tabaco es actualmente la mayor fuente de contaminación por CO en los ciudadanos de la UE, «por encima del tráfico y de la contaminación industrial», y España ocupa un lugar destacado en esta materia.

«Fumar es una forma de contaminación tanto para los fumadores como para los no fumadores», resalta la campaña, que considera demostrado que «el tabaco contamina el aire» y que «la contaminación atmosférica con CO procedente del tráfico de vehículos desempeña un papel secundario en comparación con la contaminación del aire en espacios cerrados por el humo del tabaco».

El informe destaca que la prohibición total de fumar demostraría claramente su eficacia, porque descendería en un 50% la contaminación entre los no fumadores. Además, está demostrado que la tasa de CO ha sido reducida en los países con altos precios de los productos del tabaco.

El doctor Juan Riesco, coordinador del área de tabaquismo de la SEPAR, consignó que el CO es una sustancia tóxica que impide una correcta oxigenación y favorece las enfermedades respiratorias y las complicaciones cardiovasculares. Se mide en partículas por millón (ppm) y los «límites tolerables máximos a nivel del medio ambiente están situados en 8,5 ppm».

Niveles en España

El macroestudio realizado entre casi 112.000 personas -el 53% fumadores y el 47% no fumadores revela que los niveles de CO a nivel europeo en fumadores alcanzan 17,5 ppm, en no fumadores no expuestos 3,9 ppm y en no fumadores expuestos 8 ppm en ocho horas de exposición, «cuando comienza el riesgo de desarrollar enfermedades», dijo Carlos Jiménez Ruiz, coordinador del año del tabaquismo SEPAR 2007.

En España, a partir de 5.126 mediciones realizadas en nueve ciudades -Zaragoza, Valencia, Toledo, Málaga, Segovia, Madrid, Gijón, Cáceres y Barcelona--, los niveles de CO ascienden a 3,6 ppm en los no fumadores no expuestos, a 6 ppm en no fumadores expuestos y a 16,5 en fumadores. Las conclusiones revelan que el humo del tabaco «es la principal fuente de contaminación por CO en el ser humano» y que existe una relación entre sus niveles y las legislación y los precios del tabaco. En nuestro país, se ha detectado un leve incremento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en varones no fumadores expuestos al humo del tabaco.

En la UE se calcula que se registran 650.000 muertes al año por el consumo de tabaco y otras 80.000 por el tabaquismo pasivo. En España, las estimaciones apuntan a entre 50.000 y 60.000 fallecidos por su adicción al tabaco y a otras 7.000 personas por su exposición pasiva, que en un 30% también tienen riesgos de padecer un cáncer de pulmón.