Antonio Garrido eligió Santiago para la presentación de su nuevo libro, El lector de cadáveres, una novela histórica ambientada en la China medieval que relata la vida de un joven de origen humilde que llega a ser un forense de élite, encargado de resolver los crímenes y de pagar con su propia vida en el caso de no alcanzar el éxito. Garrido comentó que el personaje, Ci Song, es real. Para escribir su novela, dedicó 18 meses a la investigación, aunque considera que lo realmente complicado es pasar a literatura todo ese trabajo. «Aunque llama la atención la investigación, lo realmente complicado es conseguir cautivar con la historia, convertirla en literatura».
Antonio Garrido acude acompañado de un cadáver de látex porque, asegura, «no me importa cargar con un muerto para conseguir que se hable de mi libro». Esta original forma de presentación, sin embargo, le ha acarreado más de un disgusto en los aeropuertos. En el de Madrid incluso llegaron a detenerlo cuando el escáner detectó la silueta de un puñal y el agente del puesto se llevó la sorpresa de ver la cara de un cadáver al abrir el bolso. Al margen del montaje, Garrido habla con pasión de su libro y asegura que «la literatura no es un trabajo, es una pasión». El lector de cadáveres es una historia «de las que yo leía, de las que emocionan, una historia de amor, odios; un trhiler que engancha».