Las iglesias de nueve núcleos rurales se equiparán con un sistema de seguridad por Internet para evitar hurtos
24 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Disuadir a los amigos de lo ajeno de hacerse con lo que no les pertenece es el principal objetivo de un novedoso proyecto que se prevé materializar en iglesias parroquiales de Melide, Arzúa y Santiso. La iniciativa partió de Rodrigo Rúa, cura párroco de los nueve núcleos rurales que, en principio, contarán con sistemas de videovigilancia en sus respectivas capillas.
Las iglesias de Rendal -en Arzúa-, de Baltar y Grobas, Golán, Orois, O Leboreiro, O Meire, y Furelos -en Melide- y de Vimianzo -en Santiso- son los templos en los que, inicialmente, está previsto instalar equipos de seguridad para evitar los hurtos que se registran y los daños materiales que provocan quienes los cometen.
Rodrigo Rúa explica, al respecto, que «de vez en cuando, hay rateros que se ven tentados por los cepillos y más que las cantidades que se llevan son los daños que provocan». El párroco indica, además, que la instalación de videovigilancia contribuirá a «proteger el valioso patrimonio que todavía queda en las iglesias, aún a pesar del tremendo expolio de imaginería gótica que se registró en la década de los 70».
Con todo, Rodrigo Rúa puntualiza que el hurto de piezas patrimoniales no es ahora habitual en las pequeñas iglesias de las parroquias puesto que están debidamente catalogadas y su localización es cada vez más frecuente por parte de la fuerzas de seguridad. «Últimamente, el robo de tallas no es un problema», afirma, al respecto.
Experiencia piloto en Rendal
El proyecto para dotar de equipos de videovigilancia las iglesias de las nueve parroquias en las que Rodrigo Rúa ejerce como cura se pondrá en marcha, de manera experimental, en el templo de Santa María de Rendal, en Arzúa. La razón de iniciar la experiencia en esa capilla y no en otra reside en el propio mecanismo de funcionamiento del servicio de vigilancia.
Se ofrece a través de una conexión a Internet y Rendal es la única de las nueve parroquias que se beneficiarán del proyecto que dispone de la cobertura necesaria al haber dotado el Concello arzuano todos sus locales sociales de acceso a la Red.
Lo explica Marta Vázquez, ingeniera de Intermax, la empresa melidense a la que el Ayuntamiento de Arzúa contrató la instalación de los equipos para dotar de conexión a Internet los locales parroquiales y que, ahora, se ocupará de dotar con sistemas de videovigilancia las iglesias. En sus palabras, «esta iniciativa aposta por amplas funcionalidades de seguridade que ofrecen os actuais sistemas de videovixiancia baseados en Internet, con sistemas tanto de prevención como de localización».