María Galiana: «En la Capilla Sixtina una mujer me gritó: '¡Herminia!'»

SANTIAGO

Tras dos años de exitosa gira teatral con «Fugadas», junto a la gallega Berta Ojea, la abuela de «Cuéntame» se dedicará solo a la serie televisiva «A mi nieto le dicen que su abuela sale en la tele, pero no la ve.

08 abr 2011 . Actualizado a las 10:56 h.

Los andaluces graciosos suelen ser «unos malajes», pero ella es, matiza, «simpática, no graciosa». Acaba de cerrar en Galicia una gira de dos años con Fugadas, una comedia teatral en la que interpreta a una madre que se fuga del asilo en el que la quiere recluir su hijo. María Galiana (Sevilla, 1935) interpreta un papel muy diferente a aquel que hizo en Solas, la película de Benito Zambrano que la dio a conocer, o al de Herminia, la abuela de Cuéntame, gracias a la cual explica: «La gente me para por la calle y se pone a hablar conmigo como si yo fuera alguien de su familia».

-Antes de «Fugadas» ya estuvo en Galicia con varias otras de teatro.

-Sí, la última vez haciendo de Poncia, en La casa de Bernarda Alba, en el teatro Rosalía de A Coruña, que me pareció un teatro precioso. Ya había estado antes con el Centro Andaluz de Teatro y, hace muchos años, con Yerma, de Miguel Narros.

-¿Se le dan bien los autores andaluces?

-No he hecho mucho teatro porque empecé muy tarde, pero tuve la suerte de hacer tres obras de García Lorca. Aunque ahora estoy con dos franceses [risas].

-Que además son los inspiradores de «Fugadas», que fue un éxito, ¿no?

-Llevábamos dos años y la última función fue en A Coruña. Ofrecimos más de 200 representaciones y estuvimos tres meses seguidos en Madrid y un mes en Barcelona.

-¿Cómo lleva lo de compaginar teatro y televisión?

-Ha sido muy complicado, pero ahora voy a descansar del teatro y dedicarme solo a la televisión. En el teatro empecé en el año 2009, cuando estaba de vacaciones en la tele. Habíamos terminado la serie en enero y durante tres meses estuve en Madrid muy cómoda porque solo hacía teatro. Cuando empezamos a rodar la serie procuraban grabar las escenas en las que estaba yo hasta las seis o las siete de la tarde y luego me llevaban al teatro. Pero he terminado agotada. Es muy importante tener vacaciones y en televisión es posible porque se graban los capítulos durante nueve meses, de junio a febrero.

-En la tele no se va a jubilar como hizo en la docencia.

-Lo estoy pasando bastante bien, estoy muy distraída, muy entretenida.

-¿Es verdad que da charlas de cómo afrontar la jubilación?

-Sí, en algunas ocasiones. Ya tengo una especie de ficha que me he hecho para repetir la conferencia. Es gente muy agradecida la que suele asistir a las charlas.

-¿Y cuándo vuelve a «Cuéntame»?

-Vamos a reunirnos para la próxima temporada dentro de unos días. Nosotros empezaremos a grabar a primeros de junio, pero antes los actores hablaremos con los guionistas, que ya tienen pensado lo que va a pasar y nos entregarán sus capítulos. Acabamos en febrero de grabar y desde diciembre ellos ya están preparando la nueva temporada. Ahora nos explican lo que han pensado. Todas las cosas nos las van consultando a los que hacemos la familia Alcántara; a veces ponemos pegas, criticamos, debatimos y, a partir de ahí, empiezan a redactar capítulos y, luego, ya nos dan la versión para el rodaje. Todo está muy trabajado, nada se improvisa y rara vez se cambia algo.

-¿Se inspira en alguien para su papel de abuela?

-Me inspiro en la abuela paterna, a la que los nietos admirábamos mucho. Además, me duró muchos años, conoció a mis hijos hasta el quinto (he tenido seis) y la traté muchísimo. Recuerdo casi todo lo que me contaba.

-¿Sus nietos la ven?

-A mi nieto le dicen que su abuela sale en la tele, pero él dice que no la ve. Él está en otro mundo: el de Bob Esponja, que lo vemos todos y ya me conozco a Calamardo y demás.

-¿La paran por la calle como la abuela Herminia?

-Es una cosa tremenda. Me dicen cosas y se paran a hablar conmigo como si fuera alguien de su familia. La televisión te ayuda a entrar en la casa de la gente. Algunas veces me he sorprendido. En febrero del 2008 fui con unas amigas a Roma porque tengo allí una amiga desde hace 41 años. Éramos cuatro y la de allí cinco y, como alguna no había estado antes, hicimos el recorrido habitual. Cuando estábamos en la Capilla Sixtina, todos mirando las pinturas de Miguel Ángel, una sudamericana empezó a llamarme Herminia a voces, allí, delante de Lucrecia Borgia. Le pedí que bajara la voz, que había muchos japoneses. Fue espectacular. Y luego íbamos en autobús por Roma, volviendo de un concierto, y era bastante tarde. Un chico que no paraba de mirarme me preguntó: «¿Es usted Herminia?». Le dije que sí y me dijo: «¿Pero ustedes no van siempre en limusina? La gente famosa va siempre en limusina».

-¿Sufre mucho con el Betis?

-Estamos muy ilusionados. Aunque estamos acostumbrados a sufrir. Cuando me fui a Madrid me dijo Echanove, que es muy colchonero: «Tú aquí serás del Atleti». Y le dije que no, que allí, en todo caso, del Rayo.