Surtidores condenados al ostracismo

SANTIAGO

Las fuentes que desde 1970 presidieron la plaza más conocida del Ensanche compostelano se ubican ahora en el polígono del Tambre y el barrio de Vite

30 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Hoy solo queda un estanque donde antaño corría el agua. Las reformas que ha sufrido la céntrica plaza Roxa se llevaron primero una clásica fuente de piedra y, décadas después, la fuente con láser incorporado que solo funcionó un día. Pero, ¿a dónde?

La polémica fuente láser que presidía la plaza Roxa desde hace más de 15 años ha quedado relegada a una triste rotonda de la entrada del polígono del Tambre. Ya no llama la atención. La primera, que mucha gente consideraba mucho más bonita que el vaso que instaló el anterior alcalde, Xerardo Estévez, está escondida en una pequeña plazoleta cercana a la facultad de Ciencias da Comunicación.

«Dende que eu estou aquí, houbo polo menos tres reformas da praza», relata Manuel Pensado, dueño de la mítica cafetería compostelana Krystal. Él instaló su negocio en la década de los 70 en plena plaza Roxa, y ha sido testigo oculto de cada uno de los cambios que ha sufrido la zona. También de las opiniones de la gente. «Antes de que se instalara a primeira fonte, máis ou menos en 1971, había un buraco», que parecía estar reservado para un gran surtidor de piedra blanca. «A primeira fonte era baixiña e ás veces salpicaba todo de auga, así que despois lle fixeron un pedestal» rodeado de césped.

Cuando le preguntan por la polémica fuente con un láser incorporado, la califica de «desastre total», sobre todo por lo de la idea de instalarle un láser que podía verse desde toda la ciudad. «Había o comentario de que o láser interrompía aos avións porque era moi forte», comenta Pensado, que también recuerda que el famoso láser funcionó un día antes de acumular polvo en un almacén municipal. «Non había explicación de por que non se poñía», rememora el dueño del Krystal, que concluye: «Era feísima».

Cuando comenzó el último proyecto de reurbanización de la mítica plaza compostelana, el gobierno barajó diversas posibilidades. Aunque se pensó en colocarla en el acceso de Milladoiro a Santiago o en un barrio de la capital, como había ocurrido con su predecesora, finalmente fue condenada al ostracismo de la rotonda del polígono del Tambre. Allí se mudó el 27 de enero del 2003, después de haber visto pasar la vida y alguna victoria del Compostela.

Estanque

Con el nuevo aspecto de este lugar de encuentro, el único rastro de agua que hay en la plaza Roxa, además de la cascada de las Camelias, es el estanque que divide las zonas peatonales de las reservadas al tráfico. Y también da problemas. «Como está no medio, caen os coches dentro», asegura Pensado. «Baixan por San Pedro de Mezonzo e é tan baixiño que non se decatan ata que se meten dentro», explica. Según dice, entre 10 y 12 vehículos se han tirado a esta piscina.

«A xente está contenta» sobre el nuevo aspecto de la plaza pero parece ser que «botan en falta máis plantas». El único problema que le ve Manuel Pensado es que «a xente non vai vir tomar un viño e meter o coche no párking».