La Xunta ya sabe cómo quiere decorar una de sus nuevas sedes en la capital, el número 8 de la rúa Pastoriza, ubicado junto al complejo de San Caetano. De hecho, acaba de elaborar una completa relación «do mobiliario necesario para que se poidan desenvolver no edificio as actividades ás que foi destinado». Dicha lista incluye, entre otros productos supuestamente precisos, un par de sillas valoradas en 920 euros cada una. O sea, el coste de las dos equivale, grosso modo, al sueldo mensual de tres personas que perciban como nómina el salario mínimo interprofesional.
El citado documento aclara que ambas irán destinadas en exclusiva al uso de altos cargos. Las describe así: «Cadeira de dirección, respaldo alto. Base de cinco radios realizados en aluminio. Brazos axustables. Mecanismo sincro ou similar. Asento-respaldo regulable en altura mediante pistón de gas, apoio lumbar, repousacabezas, asento desprazable. Tapizado en pel». Aunque solo por un 2,5%, el precio de estas incluso superará al de los sofás biplaza que se van a colocar en las estancias de espera para el público.
El escrito prevé asimismo la compra de sillas para 107 trabajadores más, pero no iguales entre sí, sino de tres modelos diferentes. Las siete reservadas para subdirectores saldrán al erario por 450 euros la pieza; las 14 para jefes de servicio, por 400; y, finalmente, las 86 para el resto de la plantilla, por 350.
Esta distinción de clases también la podrán percibir los ciudadanos. En función del rango laboral de su interlocutor al otro lado de la mesa o del mostrador, quienes accedan al recinto para despachar algún asunto serán invitados a descansar sobre asientos de 300, 250 o bien 170 euros. El bipartito ha programado hacerse con 16 ejemplares del primer tipo, 70 del segundo y 28 del tercero. A mayores, incorporará otros 64 para las salas de reuniones. En suma, la Xunta distribuirá por las nuevas oficinas un global de 287 sillas presupuestadas inicialmente en 81.750 euros.
El departamento encargado de gestionar el acondicionamiento del edificio de Pastoriza, que es la Consellería de Economía, ha planificado la ejecución de decenas de compras complementarias agrupadas en tres lotes. Uno de ellos, cifrado en 110.000 euros, lo componen las estanterías metálicas compactas que, dispuestas sobre una plataforma con raíles, ocuparán el sótano, «logrando o maior aproveitamento posible do espazo».
El segundo paquete consta de 46 armarios que, a modo de falso tabique, se emplearán también para separar diversas áreas en todas las plantas: uno en la baja, 13 en la primera, 14 en la siguiente, 11 en la próxima, cuatro en la penúltima y tres en la quinta. Detraerán de la hucha común, a lo sumo, 94.772 euros, de acuerdo con las valoraciones provisionales.
El bloque sobrante se distingue por la heterogeneidad. 108 papeleras de entre 30 y 40 euros, 41 percheros de 80 y 100, cuatro sillones desde 700 hasta 900, siete librerías de 1.300, cuatro estanterías de 1.800, 30 armaritos de 250 y 25 de 400... Mesas las hay a mares, pues totalizan 121. Y de muy variada condición: de 2.000 euros, elaboradas en acero, para altos cargos; de 2.200, para los encuentros que estos organicen; de 650, con encimeras acabadas en laminado blanco, para el funcionariado; y hasta de 3.800, cara ya no tanto por su calidad como por sus dimensiones, de 5,6 metros de longitud por 1,6 de anchura.
Proceso paralizado unos días
Agregados los tres lotes, Economía está dispuesta a dedicar un tope de 487.942 euros al mobiliario de las dependencias. A través de la difusión de un anuncio el pasado 30 de abril, el gabinete que dirige José Ramón Fernández Antonio ya había iniciado los trámites para adjudicar a una o varias empresas privadas el suministro de las piezas. Pero ayer mismo los paralizó, debido a la reciente entrada en vigor de una reforma de la normativa reguladora de los procesos de contratación en España, una modificación que obligará a introducir cambios no sustanciales en las reglas del expediente.
Sin embargo, de acuerdo con fuentes extraoficiales de la consellería, el concurso se reanudará «en unos diez días, como muy tarde, salvo imprevisto». Además, en lo que atañe a la cantidad, importes y características de los productos, se va a retomar sin variación alguna. De modo que, siempre que se acabe cumpliendo el calendario establecido, la o las sociedades vencedoras de la puja quedarán designadas antes de las vacaciones de agosto. Para entregar la mercancía, las ganadoras dispondrán luego de tres semanas y media, las cuales no empezarán a contar hasta que cliente y proveedor rubriquen por escrito las condiciones de la operación. En otras palabras, el centro difícilmente podrá entrar en funcionamiento antes del trimestre final del 2008.