Unos 1.600 peregrinos han llegado este año por la Vía de la Plata, una ruta en auge

La Voz

SANTIAGO

30 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Sevilla Vía de la Plata ha cifrado en 1.600 los peregrinos que han completado en lo que va de año la ruta jacobea a través de la Vía de la Plata, la más antigua de cuantas se conocen.

Esto representa el 1,4 por ciento del total, una cifra que cada año se dobla y que es positiva si se tiene en cuenta que, hasta hace cinco años, apenas había peregrinos que llegaban a la capital de Galicia por esta vía, señala la asociación.

Futuro optimista

Caminar -80 por ciento- y la bicicleta son los medios preferidos por quienes realizan la Vía de la Plata. Estos datos fueron algunos de los que se aportaron en las terceras jornadas jacobeas organizadas por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Sevilla Vía de la Plata, y que han contado entre sus ponentes con el presidente de la Federación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, Ángel Luis Barreda.

Barreda ha apuntado que la Vía de la Plata se ha mantenido por el subdesarrollo de las regiones por las que pasa, como Andalucía y Extremadura, en contraposición con el camino de la costa, del que, a su paso por el País Vasco, apenas quedan restos debido al auge económico y el desarrollo de las ciudades, que requieren más espacio para su expansión.

Buen clima

En este sentido, el presidente de los colectivos ha augurado un «enorme éxito» a la Vía de la Plata debido al clima cálido que experimenta a lo largo de la mayor parte de su trazado durante todo el año, frente a la aridez de otras vías más clásicas, como la francesa.

Por el contrario, el presidente de la Federación Española de Amigos del Camino de Santiago ha aducido que las administraciones públicas tienen que luchar por reducir los espacios «alambrados» y acotados robados por propietarios de fincas al dominio público. Esta situación impide, según comunicó, que muchos peregrinos puedan utilizar la antigua calzada romana y obliga a que se desvíen por las carreteras