Pontevedra da de beber

Ramón Capotillo

PONTEVEDRA

10 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Algún turista despistado, paseando por algunas calles de nuestra ciudad, sin duda pensará que el eslogan Pontevedra da de beber a quen pasa es algo más que una copla antigua y que aquí se convierte en obligado cumplimiento

Y es que una nueva moda ha llegado a la city: la de decorar portales y fachadas comerciales con botellas de agua transparentes.

Y claro, el turista despistado del que les hablo, con el gaznate reseco por las partículas en suspensión de la masa de aire cálido africano, caerá en la tentación de echar mano a una de esas botellas, que tan generosamente le brindan comerciantes y vecinos.

¡Pero no! Detente Oh honrado proveedor de divisas foráneas con las que alimentar la anémica caja municipal. ¡No bebas de ese cáliz!, que lo que tú crees desinteresado refrigerio, es en realidad un curioso ardid para ahuyentar las tan molestas micciones caninas de portales y negocios.

Pues sí, pontevedreses y amigos turistas despistados, por lo visto colocar botellas llenas de agua evita que los perros te meen el felpudo Ikea. Ya son varios los negocios y particulares que recurren a este curioso método y juran que les funciona.

Claro que cuatro de cada cinco dueños de perros encuestados en el club canino de la Alameda también juran que a sus mascotas son completamente indiferentes a los tarros transparentes rellenados con H2O y que las marcan con su orina igual que si de una farola o la rueda de un turismo se tratase.

En Internet tampoco se ponen de acuerdo y hay teorías para todos los gustos. Así en varios foros se recomienda encarecidamente su uso. Son varias y peregrinas las explicaciones que dan acerca de su infalibilidad: que si los perros, al ver su imagen distorsionada en la botella se asustan y se les corta la meada, que si piensan que esta mojado y ellos nunca hacen llover sobre mojado, que si el olor de agua en putrefacción repele a las mascotas (por el bien de su comunidad no les recomiendo esto último)?

Ante tanto mar de dudas decidimos realizar una comprobación empírica con Tobi (nombre supuesto para proteger su identidad) que nos demostró gozoso que para él unas botellas de agua pueden ser el mejor pipícan.

Juzguen ustedes mismos.

El consejo de colocar botellas para evitar que meen los perros se propaga por Internet, aunque, al parecer, a veces no funciona. El fotógrafo ha preferido preservar el anonimato del perro infractor