Un nuevo producto turístico propone rutas por la ría a bordo de veloces barcazas. Aunque no funcionará hasta primavera, algunos alcaldes ya lo han podido probar
04 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Puerto de As Corbaceiras. Viernes, 3 de diciembre a las 11,30 horas de la mañana. Apenas tres grados de temperatura ambiente, aunque al borde de la ría se antojan bastantes menos. Aun luciendo el sol, no parece el mejor momento para surcar la ría a bordo de una barcaza descubierta.
Bien pertrechados con ropa adecuada facilitada por la organización, chalecos salvavidas y grandes dosis de expectación, alcaldes, invitados y medios de comunicación se preparan para la travesía a bordo de la Corbaceiras, una embarcación semirrígida con capacidad para 25 pasajeros. El motivo, probar el nuevo producto turístico de Terras de Pontevedra, bautizado Latitude 42 y que se presenta como un «programa medioambiental marítimo-terrestre».
A bordo, en primera fila, los alcaldes de Pontevedra y de Poio, Miguel Anxo Fernández Lores y Luciano Sobral, respectivamente. Detrás, la teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente de Marín, Pilar Blanco; la jefa territorial de Turismo de la Xunta, Ángeles Herrero; y el presidente de la asociación de Amigos del Camino Portugués, Celestino Lores. A continuación, periodistas, representantes de Terras, guías turísticas...
El viaje comienza remontando el Lérez. En esta ocasión solo hasta el puente del Burgo, aunque la idea es que en el futuro, dependiendo de la marea, se llegue hasta los salones del Lérez. Desde la orilla los paseantes se sorprenden al ver en una fría mañana de diciembre a una veintena de personas uniformadas a bordo de una barca nunca vista por estas latitudes.
El patrón da la vuelta en O Burgo y al llegar al puente de la AP-9 enfila el canal de navegación de la ría. Es el momento de probar la potencia del motor, que puede alcanzar los 30 nudos, unos 60 kilómetros por hora. En apenas cinco minutos, la Corbaceiras arriba a la isla de Tambo. Xaquín Cuiñas, de la empresa Natura 42, que gestiona el servicio, explica que podrían ponerse en Ons en unos 20 minutos. La posibilidades de la barcaza como «taxi» para ir a la playa son inmensas. Es una de las propuestas de Terras, cuya gerente, Eva Fernández, reparte chocolatinas entre la tripulación.
Sobral ejerce de guía
La expedición desembarca en Tambo y el alcalde de Poio ejerce de guía. Aquí la residencia de oficiales, allí la iglesia, más allá el antiguo lazareto, el polvorín, el faro.... Sobral no oculta que se siente más a gusto con los pies en la tierra que embarcado.
De nuevo en la Corbaceiras se emprende la vuelta, no sin antes disfrutar de la vista desde el mar del faro de Tambo, que como apunta el guía-alcalde, recibe el nombre de Tenlo. Desde la barcaza, y con los rayos del sol como aliados para sentir menos frío -como si eso fuera posible en una embarcación descubierta, a gran velocidad y en pleno diciembre-, los pasajeros tienen ocasión de pasear la vista por ambas orillas de la ría.
Llega el momento de desembarcar. Ha sido algo más de una hora de singladura aunque se ha hecho corta. La barcaza volverá a surcar la ría en primavera.