Peinador-Pontevedra en 2.30 horas

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA

El aeropuerto vigués carece de conexiones directas en transporte público con la capital de la provincia

11 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Si se sitúan a dos personas en la sala de espera del aeropuerto de Peinador, una de ellas con destino a Lanzarote y otra con dirección al centro de Pontevedra, y se contabiliza el tiempo que tardaría en llegar cada uno a su destino, apenas habría una diferencia de 20 minutos entre ambas. La falta de un transporte público que conecte directamente el aeropuerto de Vigo con la capital de la provincia hace que el trayecto hasta el destino se demore, en el mejor de los casos, dos horas y media. No hay ningún vuelo que llegue a Vigo que tarde más de este tiempo, salvo las conexiones con las Islas Canarias.

La odisea empieza cuando los pasajeros atraviesan el finger que les deja en tierras gallegas. El sinsentido de las conexiones va ganando fuerza en un aeropuerto comido por las obras desde el 2008. En la oficina de información al turista, lo confirman. «No hay un autobús directo a Pontevedra, debe usted coger el C9A, que pasa cada media hora, hasta la estación de trenes», explica. De una línea regular hasta la estación de autobuses, ya ni hablar. No hay conexión existente. Siempre queda la posibilidad de coger un taxi, que por 35 euros, trasladará a cuatro viajeros hasta la capital del Lérez, pero esta es una opción que no está al alcance de cualquier bolsillo, a pesar de que no tardarán en llegar más de media hora.

Un indicador en la puerta de salida señala hacia la derecha. Arranca el periplo con las maletas a cuestas. El trayecto entre el aeropuerto y la parada del autobús es una yincana sin aceras y entre coches. Un reguero de gente baja hasta este punto en el que no existen ni un solo lugar para sentarse, salvo el pie que sostiene la señal que indica que se está en una parada de bus... en obras.

Ya ha pasado media hora desde que aterrizó el avión. Mientras se espera el bus, la estampa es de caos. Vigo recibe a los turistas en obras, sin pasos de peatones y con un intenso tráfico de camiones. En cuanto llega el autobús, que cuesta 1,16 euros y se retrasa unos minutos sobre la hora prevista, se organiza la cola para subir. Muchos no saben que llegan a una línea utilizada por una media de 65 pasajeros al día y que en las jornadas laborables pasa con una frecuencia de media hora, mientras el sábado por la tarde y el domingo esta espera se multiplica por dos.

Destino: Urzaiz

Los viajeros no dejan de mirar el panel informativo esperando su referencia: Urzaiz. Es ahí donde deben bajar, pero eso también lleva a engaño, ya que antes de apearse en la estación existe otra parada de Urzaiz. Más de un pasajero se equivoca. Con la estación de tren ya a la vista y más de una hora después, los viajeros logran comprar un billete, previo pago de tres euros, a nuestro destino: Pontevedra. La próxima salida será a la 13.05 con llegada a la capital a las 13.43 horas.

Cuando se empieza a ver la ciudad del Lérez al fondo habrán pasado ya dos horas y cuarto. Teniendo en cuenta que se llega a una ciudad sin autobús urbano y en la parada de taxi no hay ninguno disponible, la única solución parece que es ir caminando, con las maletas a cuestas, hasta el epicentro de la ciudad, A Peregrina.

Son las 14.05 minutos. Han pasado más de dos horas y media. El pasajero del que se despidió en la sala de espera de Peinador está a punto de aterrizar en el aeropuerto de Arrecife, Lanzarote. La diferencia es que uno ha recorrido 1.600 kilómetros y otro, algo menos de 30.