Las obras del entorno de Santa María estarán rematadas a lo largo de este año

PONTEVEDRA CIUDAD

23 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La alcaldesa en funciones y responsable directa del centro histórico, Teresa Casal, fijó ayer un calendario para el remate, de aquí a final de año, de las obras de acondicionamiento que se están realizando en todo el ámbito de Santa María.

Después de mantener una reunión con los vecinos del barrio, que llevan aguantando pacientemente obras y excavaciones arqueológicas desde hace más de un año, Casal justificó la dilación en base a la trascendencia de las actuaciones y de la inversión que está acometiendo el Concello en la zona. Supera los 3 millones de euros, de los que 1,3 corresponden a la reforma del arrabal ( incluido el Campillo, la avenida de San María y el entorno del Principal) y 1,4 millones al Centro de Interpretación de las Torres Arzobispales (CITA) cuyos restos fueron localizados en la avenida de San María. A esas cantidades hay que añadir otro medio millón de euros destinados a la iluminación de la Basílica,

En el Campillo aún están pendientes trabajos de consolidación de los restos arqueológicos de la muralla medieval, de la casa-torre de los Montenegro y de un pavimento medieval, así como el ajardinamiento general de la zona y la construcción de dos rampas de conexión con la avenida de Arzobispo Malvar.

En la avenida de Santa María queda por completar el desvío de los servicios por el lateral del futuro centro de Interpretación de las Torres Arzobispales y la pavimentación con losa de piedra del vial

Modificaciones

En lo que atañe al CITA, según Casal, las obras marchan a buen ritmo y, una vez que ya se completó la totalidad de la cubierta, comenzará el acondicionamiento interior del espacio museístico. Y en cuanto a la iluminación de la Basílica, aseguró que está muy avanzada.

Se estima que todas las obras, excepto el CITA, estarán concluidas a lo largo de este año y se irán rematando a partir del mes de agosto.

La responsable del centro histórico y alcaldesa en funciones, expuso a los vecinos la complejidad que tuvieron todas todas estas actuaciones debido a la aparición de los sucesivos vestigios arqueológicos del Campillo, del cementerio medieval de Santa María y, finalmente, de los muros del foso de las Torres Arzobispales.

El Ayuntamiento de Pontevedra optó por la integración y puesta en valor de dichos restos arqueológicos y eso motivó la necesidad de modificar los proyectos en un tiempo que, en opinión de Casal, «foi máis que razoable».