La N-554 de Vilaboa a Rande pone a prueba la paciencia de sus usuarios. Pendiente de una reforma integral, se parece más a una sucesión de baches que a una vía estatal
22 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Coger el volante de un turismo y recorrer la N-554 entre Vilaboa y el puente de Rande es toda una odisea. El inconveniente no se encuentra en el paisaje, que es más que recomendable. De hecho, el panorama es espléndido, con vistas magníficas a la ensenada de San Simón y la ría de Vigo a un lado y la vertiente sur de los montes de O Morrazo por el otro.
Y sin embargo, atravesar este tramo de apenas once kilómetros de longitud puede implicar de todo. Si no se tiene cuidado se puede pinchar una rueda por un bache imprevisto o acabar destrozando la suspensión si se usa con frecuencia. O también uno se expone a acabar en una cuneta por una maniobra forzada por el tráfico intenso o por la aparición imprevista de un peatón en la calzada.
Diseñada para una época ya pretérita, la N-554 no está preparada para aguantar el tráfico que transita por su agotado pavimento todos los días. La supresión del peaje de Rande en Domaio ha multiplicado enormemente el número de vehículos que la atraviesan todos los días y la carretera dista mucho de estar adaptada para esta situación.
La N-554 es la carretera de titularidad de Fomento en peores condiciones de toda la provincia de Pontevedra. Quizás incluso de Galicia. Pero el que su reforma se adjudicase hace dos años no la ha hecho más segura como sería lo esperable. Al contrario, desde que empezó el año ya ha habido múltiples accidentes en esta vía y uno de ellos mortal por el atropello al anochecer de una anciana en un tramo de poca iluminación.
Múltiples carencias
No hay ningún punto de esta carretera que se salve de las críticas de los conductores, de los peatones y de los vecinos. El vial no está atendido ni a su paso por lugares tan frecuentados como el propio O Toural, donde están el Ayuntamiento, el centro de salud, la iglesia y el cementerio. No salen mejor parado los trayectos al lado de los colegios de Riomaior y O Toural, por citar algunos puntos donde un conductor puede llegar a dudar de si se halla ante un bache permanente.
Además, en todo el trazado se busca en vano la existencia de aceras, semáforos en los cruces conflictivos, pasos de peatones e iluminación adecuada.
La tramitación administrativa de la reforma integral de la N-554 es casi tan complicada como la propia carretera. Fomento redactó un proyecto y lo adjudicó. Los numerosos defectos de este proyecto provocaron alegaciones del Concello y de los vecinos, que Fomento estimó en parte. Más adelante hubo otro plazo más de alegaciones. Ahora los afectados están pendientes de que Fomento remita el modificado definitivo al Ayuntamiento de Vilaboa. El gobierno local confía en que en un mes ya estará aquí. Y mientras la espera continua, la carretera sigue degradándose y cayéndose literalmente a pedazos.