La temporada de recolección de setas se presentaba con escasas expectativas para los amantes de la micología debido a la escasez de lluvias durante el verano y a las elevadas temperaturas de septiembre, dos condiciones excepcionales que se unieron este año, pero Francisco Touza, de la asociación Os Cogordos rompió las previsiones iniciales.
En su primera salida al monte esta semana logró coger cerca de 15 kilos de setas: «De cuatro o cinco clases de boletus y champiñones», señala orgulloso. Ayer dedicó la tarde a buscar níscalos pero encontró, sobre todo, cogordos y un boletus de casi un kilo de peso, entre otras variedades.
Reconoce, sin embargo, que este año viene «malísimo» y que recogió más hongos durante la semana de agosto en que llovió que en todas las que van de la presente temporada de otoño.
Touza asegura que en la provincia de Ourense hay una gran afición por las setas y que se conocen bastante, pero que aún «falta mucho por aprender». Él mismo que lleva catorce años saliendo al monte a buscarlas deja claro: «Yo las que no conozco no las como, las llevo a la asociación y le pregunto a los que saben más que yo porque se confunden muchas».
Y eso que cuando va por la carretera y pasa cerca de un monte ya sabe que clase de setas se puede encontrar en él o también que él que está orientado hacia el norte no es bueno para los amantes de la micología.
Recuerda también con humor que en una charla que impartió en Cartelle una de las asistentes le reconoció que ella y su marido tomaban unas setas parecidas a los cogordos pero que eran venenosas. «No para morirse pero sí para sufrir descomposición o tener que ir a la residencia con dolores fuertes».